sábado, 6 de octubre de 2012

Facultad de masas
Por: Diego Genoud 
En la megafacultad de la UBA estudian más de 36.000 alumnos censados, todo un mundo con lógica política propia. Rarezas: la última modificación de programas se hizo bajo impronta menemista, su gobierno es un bastión histórico de la UCR y, módicamente, emerge en sus aulas otro “ismo”, el kicillofismo. Entre intrigas y pactos, resaltan los mimos de Cristina. Detrás de su imponente fachada y en sus atildados pasillos se cuecen habas.
 
Es la facultad más poblada de Latinoamérica. Ya cerca de cumplir cien años -fue fundada en octubre de 1913-, Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) es una fortaleza con reglas propias que la emparentan con la política nacional, pero también la distinguen de ella. Tiene como decano a Alberto Barbieri, uno de los probables candidatos para las elecciones en el rectorado de la UBA en 2014, y es la única de la principal universidad argentina cuyo Centro de Estudiantes aún es gobernado por una versión genuina del brazo estudiantil del radicalismo, Franja Morada, aunque con otro nombre. De sus aulas salió Axel Kicillof, el funcionario que hoy más poder concentra en el gabinete y más incertidumbre genera en los hombres de negocios claves del país. 

De lunes a viernes, Económicas es un vendaval de gente que entra, sale y se pierde por los pasillos y escaleras de ese edificio de siete pisos. La abrumadora mayoría elige las carreras de Contador Público y de Licenciado en Administración en busca de un lugar en el mercado laboral, pero una minoría activa se forma como Licenciado en Economía y discute también sobre la crisis del capitalismo global. 

Desde las siete de la mañana las aulas explotan de alumnos, que en su mayoría trabajan. Sobre ese torbellino de jóvenes y no tanto, hay cifras y estimaciones diversas. Según los datos del último censo universitario, elaborado en 2011, en la UBA hay 274.350 personas cursando estudios de grado, posgrado y media. En Ciencias Económicas está el 14 por ciento de los estudiantes de grado, es decir, que hay 36.233 cursando efectivamente, 11 mil más que en Arquitectura y Urbanismo, 12 mil más que en Medicina y casi 13 mil más que en Derecho. Sin embargo, el subsecretario general del Decanato, Walter Berardo, aclara que a esos 36.233 alumnos hay que sumarles los del llamado Primer Tramo del Ciclo General -el CBC de dos años que rige en la facultad-, que son otros cinco mil. Según cifras del Ministerio de Educación, el Primer Tramo ostenta el discutible mérito de disuadir a un tercio de los que quieren estudiar en Económicas. El decano Barbieri, por su parte, suele repetir que la facultad tiene 60 mil alumnos regulares, aunque no todos están cursando. 

Económicas es dueña de otra particularidad: es también la facultad con más porcentaje de estudiantes que trabaja. El 83% cumple más de 35 horas semanales, por encima de los alumnos de Sociales, Ingeniería y Derecho. Por eso, los horarios de cursada más pedidos son los de la primera mañana -de 7 a 9- y los de la noche -de 19 a 23.

Docentes sin pago

De las cinco carreras que se dictan en la FCE, la de Contador Público Nacional es, de lejos, la más elegida (21 mil alumnos según el censo), seguida por la Licenciatura en Administración (11 mil) y bastante más atrás está Economía (3.771).

Como en toda la UBA, esa masa estudiantil tiene profesores que muchas veces no cobran. En eso Económicas no se distingue. En su edificio dan clases entre 5 mil y 6 mil docentes. Según las estimaciones de la Asociación Gremial Docente (AGD), hoy hay alrededor de 6 mil. "Dos mil cobran por su trabajo, dos mil son docentes ad honorem y hay otros dos mil que ni siquiera fueron designados, pero dan clases: no tienen salario ni reciben ningún beneficio en su currículum. En general, sólo tienen salario los docentes adjuntos. Los auxiliares dictan clases ad honorem en una proporción de 10 a 1. Pasa en el resto de la UBA, pero nuestro decano se vanagloria de que es la facultad que más profesores ad honorem tiene. Yo me avergonzaría", dice Joaquín Farina, 37 años, secretario de Prensa de la Asociación Gremial Docente, profesor de Macroeconomía y Política.

Pese a esos números, todos los consultados coinciden en que el 95% del presupuesto de la casa de altos estudios se va en sueldos. Eso convierte en verosímil el comunicado de la facultad en los días de la visita al país de Joseph Stiglitz, asegurando que el Premio Nobel de Economía no cobró para participar del encuentro que organizó la casa bajo el lema "Políticas para superar el endeudamiento soberano", a mediados de agosto. Stiglitz estuvo en Casa Rosada con Cristina de Kirchner y en Ciencias Económicas con Hernán Lorenzino, el hombre que en el organigrama del Gobierno figura como jefe de Kicillof.

Lo paradójico es que la gestión de Barbieri convirtió a Económicas en la facultad que más recursos propios genera sobre la base de cursos arancelados, posgrados, convenios de asistencia técnica y pasantías con el sector privado y el sector público. "El 5 por ciento que no se va en sueldos es apenas el 10 por ciento del total de nuestros recursos. Todo lo demás lo recaudamos nosotros", dice Berardo.

De acuerdo con el expediente interno de la UBA 12.352/2012, del 4 de julio pasado, la facultad que dirige Barbieri recaudó durante el ejercicio 2012 casi 300 millones de pesos en concepto de distintos ítems: "extensión universitaria" (281 millones de pesos), "cursos de posgrado" (14 millones 150 mil pesos), "recaudaciones varias" (2 millones y medio de pesos) "playa de estacionamiento" (620 mil pesos), "aranceles" (530 mil pesos) y otros que generan una masa total de 299.743.649 pesos. Todo un récord.

La singularidad de Económicas es elocuente. El edificio principal, en Córdoba al 2100, donde Barrio Norte deja de ser Barrio Norte, se parece más a una facultad privada que a cualquier otra de la UBA. Por la limpieza, por la seguridad privada, por el acotado margen para volantes y carteleras de las agrupaciones universitarias. Y también por el local del Banco Santander Río que está casi en el ingreso al edificio. En Económicas, por ejemplo, no está permitido pasar a militar por los cursos, como ocurre en casi todo el resto de la UBA, especialmente en las carreras humanísticas. La folletería no tiñe los dedos. 

¿Convivencia o pacto?

Pese a eso, se advierte un activismo en ascenso fuera de la cursada regular, que dominan los neoclásicos. Las Jornadas de Economía Crítica, que se realizaron a fines de agosto; el trabajo del Plan Fénix -que surgió a fines de la década del noventa en una batalla desventajosa con la prédica de la ortodoxia económica-; la cátedra libre de Derechos Humanos, presidida por la madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas; todo eso convive bajo el mismo tinglado, aunque, por supuesto, el poder está concentrado. 

En lo político existe una rara convivencia entre distintos sectores que a nivel nacional están enfrentados. Kirchneristas, radicales, macristas y kicillofistas, según la taxonomía que se traza puertas adentro. Barbieri va por su segundo mandato como decano -ganó por el período 2010-2014- y es además vicerrector de la UBA, presidida por el veterinario afín al kirchnerismo Rubén Hallú. Su interlocutor en el Gobierno fue durante los primeros años el ministro de Planificación, Julio De Vido, hoy en manifiesto declive.

Walter Berardo admite que Barbieri piensa presentarse como candidato al rectorado de la UBA en dos años. Deberá competir quizá con Hallú -que lleva ya dos mandatos en ese sillón- o con el exdecano de la Facultad de Arquitectura y miembro de Carta Abierta, Jaime Sorín. En marzo de 2011, Cristina de Kirchner ya dio muestras de que le tiene aprecio. Inauguró junto a Barbieri el nuevo edificio en marzo de 2011 y aprovechó entonces para hacer una reivindicación de la universidad pública como "igualadora social". Cuarenta y seis nuevas aulas que fueron realizadas con un presupuesto de 44 millones de pesos aproximadamente. Una mole de 10.600 metros cuadrados. El centenario de la facultad será un gran trampolín electoral. "Estamos empezando a hacer reuniones para profesores eméritos y consultos, pero todavía no tenemos claro cuál será el concepto principal que vamos a transmitir", dice Berardo.

En el claustro de alumnos, las elecciones se hicieron en septiembre y votaron alrededor de 20 mil estudiantes. Nuevo Espacio (Franja Morada) refrendó una vez más su primacía en el Centro de Estudiantes de Ciencias Económicas (CECE): obtuvo el 58,33% -2% más que en 2011- contra el 19,85% de la alianza de izquierda Movimiento por Económicas -2 puntos más- y el 6,99% del Frente Bicentenario (kirchneristas)-1,5 punto menos.

Económicas es la única de las 13 facultades de la UBA que está conducida por Franja Morada bajo el sello que adoptó después de la crisis de 2001. Lleva nada menos que 29 años de hegemonía. "Somos la única facultad de la UBA en la cual la mayoría y la minoría estudiantil forman parte de la misma agrupación, ya que la oposición no logró llegar al 20% de los votos en las últimas tres elecciones obligatorias. Todo esto en un marco en el que los estudiantes participan masivamente. El año pasado votaron entre 23 mil y 24 mil alumnos", se jacta Juan Manuel Oro, 29 años, expresidente del CECE y consejero directivo de la facultad. Enseguida agrega: "La relación con Barbieri es excelente. Los claustros de estudiantes, graduados y profesores trabajan juntos". 
Uno de los hombres claves de ese entendimiento es Emiliano Yacobitti, 37 años, actual secretario de Extensión Universitaria de la facultad, expresidente de la FUA entre 2001 y 2003, miembro del Comité Capital de la alicaída UCR, pero de excelente relación con los altos mandos del Gobierno nacional. Yacobitti tiene un vínculo muy estrecho también con el actual miembro del claustro de profesores José Luis Giusti. Mencionado como futuro decano, Giusti fue secretario de Hacienda durante la gestión de Oscar Shuberoff en la UBA y en las últimas elecciones fue candidato a legislador porteño por el PRO. 

Dentro de la gestión, llama la atención también el rol de Federico Saravia, el hijo de Matilde Menéndez, la extitular del PAMI durante los años noventa. Saravia tiene peso propio: exmiembro de la agrupación Jóvenes K -tibia antecesora de La Cámpora-, exfuncionario de Jorge Telerman en la Ciudad, es el actual secretario de Bienestar Estudiantil y director del Museo de la Deuda Externa.

La relación entre el decano Barbieri y el viceministro Kicillof fue siempre entre mala y pésima. El actual director de la YPF estatal fue junto al fallecido Iván Heyn uno de los fundadores de la agrupación TNT y creó más tarde el Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (CENDA), que se convirtió en un espacio de investigación fogoneado por jóvenes académicos y poskeynesianos. Desde 2009, cuando Kicillof y su grupo se integró a las filas del Estado, la página del CENDA está inactiva. 

Representante de una heterodoxia en ascenso, Kicillof fue parte de la AGD hasta hace tres años y hasta hace dos trajinaba los pasillos de la facultad durante todo el día. Fue secretario general y secretario de Prensa de la comisión interna hasta que su protagonismo en el Gobierno nacional creció y tuvo que renunciar al cargo por pedido de un sector del gremio. No obstante, muchos de sus excompañeros integran la conducción de la actual AGD y algunos de sus colaboradores de íntima confianza, como el subsecretario de Coordinación Económica y Mejora de la Competitividad, Augusto Costa, aún dan clases semanalmente.

El kirchnerismo estudiantil no logró todavía hacer pie como hubiera querido. Sin embargo, un racimo de agrupaciones que respaldan al Gobierno nacional -La Cámpora incluida, por supuesto- conformaron el llamado Frente Bicentenario de cara a las elecciones pasadas. En Económicas, la izquierda -que en versiones socialdemócrata, radical, trotskista, orgánica e "independiente" gobierna gran parte de las otras doce facultades, en renovación en el último tercio del año- también tiene un peso minoritario que se expresa a través del Movimiento por Económicas, pero no disputa la conducción.

El debate que se impone es el de la reforma al plan de estudios que reclaman casi todos los sectores, aunque con propuestas muy disímiles. La última reforma se hizo en 1997, cuando los vientos eran otros: Roque Fernández era ministro de Economía y el decano era el fallecido Roberto Pérez, de buen vínculo con el menemismo. El plan de estudios de Ciencias Económicas fue modificado entonces y generó una expectativa tal que la plantilla de alumnos pasó de 35 mil a 60 mil en poco tiempo. La mayoría de los inscriptos se anotaron en la carrera de Contador Público y comenzaron a darle forma a la supremacía actual a la hora de elegir.

Rigor K

El kirchnerismo y buena parte de la izquierda considera que en la economía argentina hay un giro de 180 grados que debe expresarse en los contenidos. Un reciente documento de la Cátedra Nacional Arturo Jauretche lo expresa. Titulado "Enseñanza y enseñamiento del neoliberalismo en la FCE-UBA", el trabajo elaborado por los economistas Andrés Asiain, Rodrigo López y Nicolás Zeolla arranca con los inicios de la UBA y se detiene especialmente en la reforma de 1997, que según los autores convirtió a la facultad en un "semillero de profesionales para la tecnocracia neoliberal". Sostiene que pese a los cambios que introdujo el kirchnerismo en la economía, la formación de los economistas no ha variado en nada. "El pensamiento neoclásico, tecnocrático, de un colonialismo travestido de universalismo científico, que niega el debate político, que oculta los poderes económicos y desconoce las particularidades nacionales, sigue generando profesionales disfuncionales para el desarrollo nacional y social". También desde los sectores kicillofistas y de izquierda se cuestiona que la heterodoxia esté aún confinada en las materias optativas o con carga horaria siempre reducida y esté ausente en el tronco de la carrera. Desde el decanato, Berardo dice. "La gestión está en un proceso de discusión. Tenemos que definir cuál es el perfil de los graduados para el futuro. Y tienen que participar los tres claustros". De todas maneras, se apura a relativizar las demandas de los que cuestionan el predomino de las teorías neoclásicas. "El año que viene se discutirá, habrá un proceso de debates y consultaremos a todos los sectores. Pero el peso de los estudiantes de Economía es muy pequeño. El 50% son contadores y un 30%, licenciados en Administración". Eso también es parte de una puja que recién se inicia en la facultad más grande de América Latina. Hay quienes pretenden que la carrera de Licenciado en Economía tenga una facultad específica y se libere del dominio de los contadores.

¿Qué papel tendrán los -¿40? ¿50? ¿60 mil?- estudiantes en esa discusión? ¿Cuál es el vínculo entre el Estado y la universidad que pretende sellar el kirchnerismo? ¿Quiénes tendrán la iniciativa? ¿Barbieri y sus aliados? ¿Kicillof y sus descendientes? Son preguntas que exceden esta nota, pero definirán la disputa.

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