sábado, 29 de agosto de 2020

Una respuesta a Gustavo Iaies: Ni escondidos ni perseguidos, cuidados por el Estado

 Por Ana Abramowski, Felicitas Acosta, Mariela Arroyo

Fuente: pagina12.com.ar

Los dichos de Gustavo Iaies (Clarín, 27-9-2020) asocian de manera desatinada el aislamiento social preventivo y obligatorio con las estrategias de supervivencia individuales de familias judías durante el Holocausto. Sostenemos que la comparación de la vida de lxs jóvenes en el ASPO con la experiencia fatídica de Ana Frank es un modo de invertir el orden de los fascismos en nuestro país a la vez que se banaliza el Holocausto como hecho histórico.

En primer lugar, lxs niñxs y jóvenes no están ni escondidos ni huyendo: son destinatarixs de políticas diseñadas por un gobierno nacional democráticamente electo y acompañadas por un gran sector de la sociedad que elegimos cuidarnos y cuidar a las infancias y adolescencias en el contexto de una pandemia. Es lo que permite a la vez cuidar a sus mayores al reducir la circulación viral, y debe constituirse en mensaje educativo frente a las distorsiones en nombre de una “libertad” que denota desprecio antes que cuidados.

En segundo lugar, lejos de la escritura de diarios personales como búsqueda de un espacio de reconocimiento, lxs niñxs y jóvenes son sujetos de derechos: desde el ámbito nacional, jurisdiccional, institucional y docente se articularon estrategias para sostener la escolarización acompañadas de políticas de protección hacia ellxs y sus familias que, como la AUH, el PROGRESAR o el IFE, garantizan la reproducción de sus vidas. Ello ha permitido, tal como muestran diversidad de encuestas y evaluaciones, sostener la relación con la escuela.

En tercer lugar, precisamente, dichas estrategias no convocan a olvidar o negar el afuera, más bien a asumir las responsabilidades de cuidado propio y colectivo en la circulación y en los espacios públicos. Atender los protocolos acordados en el Consejo Federal de Cultura y Educación por parte de las jurisdicciones va en esa dirección.

Las propuestas para sostener la escolarización en situación de pandemia tienen alcances y limitaciones; estas últimas especialmente para los sectores más vulnerables de nuestro país. Pero en tal caso, no se trataría que lxs estudiantes “desconectadxs” se acerquen al sistema, sino al revés: de qué manera el sistema continúa garantizando su derecho a la educación. La búsqueda de esta garantía no debiera inducirnos a comparaciones falaces que, como la que propone Iaies, constituyen una afrenta a la memoria y la transmisión.

*Firman esta nota Ana Abramowski, Felicitas Acosta, Mariela Arroyo, Karina Benchimol, Silvina Cimolai, Silvina Feeney, Nora Gluz, Oscar Graizer, Graciela Krichesky, Alicia Merodo, Paula Pogré, Nadina Poliak, Carolina Scavino, Juan Carlos Serra, Flavia Terigi, Gabriela Toledo, Ana Gracia Toscano, del Área de Educación del Instituto del Desarrollo Humano de la Universidad Nacional de General Sarmiento.

Debate La educación en tiempos de pandemia: no les propongamos a los chicos el camino de Anna Frank

 

¿Les decimos que sigan encerrados y se olviden de lo que pasa afuera? No parece el mejor camino como sociedad.

Por Gustavo Iaies
Fuente: Clarin.com

Anna Frank nació en junio de 1929 en Alemania. A los 13 años, el avance los nazis la llevó a esconderse, junto a su familia, en un sótano de Amsterdam.

Sus padres le regalaron un diario para su cumpleaños y esa fue su ventana a la vida lejos del horror. Contaba cuentos, historias, imaginaba, creaba, y ese texto le permitió construir otra vida.

Lo cierto es que mientras por las calles caminaba el horror, Anna escribía cuentos fantásticos en los sótanos, donde se ocultaba.

¿Es la salida? ¿Les proponemos a nuestros chicos que sigan encerrados y se olviden de lo que pasa afuera? ¿Los invitamos a olvidarse de la escuela y del horror de la pandemia?

No parece el mejor camino como sociedad, ni como propuesta a ellos; me parece que los adultos deberíamos hacer algo.

¿Nos sentamos a esperar la vacuna? ¿Aguardamos algún otro tratamiento? No parece que sea un buen mensaje a los chicos, pareciera que los “adultos debemos hacer de adultos” y proponerles un camino de salida, al menos mostrando el esfuerzo.

La Ciudad propone ir a buscar a los que tienen más dificultades, los directores de las escuelas parecen dispuestos a buscar un protocolo institucional para sus alumnos, pero alguien se ha puesto en evaluador y les dice que no, que no conforma sus criterios.

Les proponemos seguir escribiendo el diario de Anna Frank o vamos por intentos de un camino positivo, de búsqueda, de prueba de mejores caminos.

Hay modelos de reinserción en la escuela, separando grados por día, dividiéndolos en mitades, reduciendo las horas, todos ellos con el tapabocas y lavándose las manos todo el tiempo. Lo importante, recuperar a sus docentes y compañeros y recuperar un camino de mejora de la vida en sociedad.

Estoy convencido de que los alumnos pueden cuidarse, que sus docentes y directores podrán contenerlos y darles pautas. Estoy convencido que la escuela puede y que debemos intentarlo.

Los chicos pueden, los maestros también, todos podemos ayudarlos a buscar un camino razonable de salida. 

El autor de esta columna es director de la Escuela de Gestión Educativa – ESEADE.

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