martes, 29 de marzo de 2016

Las dos Conadu levantarán mañana una carpa frente a Educación

Un encuentro diez años después

La Conadu y la Conadu Histórica acordaron dar una muestra de unidad frente al Gobierno. Educación convocó hoy a la primera reunión paritaria, pero no presentaría una oferta salarial. Mañana paran los docentes de todas las universidades, salvo la UTN.

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Las federaciones de los docentes universitarios coincidirán este miércoles en un paro nacional, para exigir un aumento salarial cercano al 40 por ciento. El Gobierno intentó frenar la huelga con un primer llamado a iniciar las paritarias –hoy por la tarde– pero los sindicatos confirmaron las medidas. Además del paro, la Conadu y la Conadu Histórica volverán a confluir en una acción gremial conjunta después de una década: mañana instalarán una carpa docente frente al Ministerio de Educación.
Los reclamos de los docentes universitarios comenzaron a hacerse oír en febrero, exigiendo que Educación abriera las negociaciones salariales. La primera reunión se concretará hoy, a las 18, en el Palacio Sarmiento, con la participación de representantes de las federaciones Conadu, Conadu Histórica, Fedun y Fagdut, además de la Ctera (por los docentes de colegios dependientes de universidades).
De acuerdo con los trascendidos, los funcionarios de la Secretaría de Políticas Universitarias no presentarán una oferta de aumento, sino que se limitarán a recibir los pedidos de los sindicatos. Si bien hay matices entre los diferentes gremios, en general piden un incremento salarial de entre el 40 y el 45 por ciento, más la reapertura de la negociación hacia agosto, para enfrentar la inflación. La aspiración de los dirigentes gremiales era lograr un pronto acuerdo salarial para que los docentes percibieran el aumento a principios de mayo, pero esa posibilidad parece cada vez más lejana.
“El creciente proceso inflacionario, la devaluación, el fiasco en la modificación del Impuesto a las Ganancias y los desmesurados incrementos de las tarifas atentan contra las condiciones de vida de los trabajadores. En este escenario, la ausencia de un incremento salarial a los más de 150 mil docentes universitarios y preuniversitarios genera la necesidad de acciones gremiales para alcanzar una inmediata recomposición del poder adquisitivo”, señalaron en una declaración conjunta las conducciones de la Conadu (CTA de los Trabajadores) y de la Conadu Histórica (CTA Autónoma). Las dos federaciones, divididas desde 1998, anunciaron que montarán en conjunto una carpa frente al Ministerio de Educación, en una muestra de unidad que no se registraba desde 2004-2005.
Luis Tiscornia, secretario general de Conadu Histórica, anunció que a la carpa fueron invitadas las organizaciones estudiantiles para dar una demostración hacia afuera, “no sólo para reclamar por nuestro salario sino para advertir que cualquier ajuste sobre la universidad y la educación pública va a contar con el rechazo de la docencia y del conjunto de la comunidad universitaria”. Pedro Sanllorenti, titular de Conadu, explicó que la decisión de coincidir con la otra federación surgió de las asociaciones de base, de “una necesidad de mostrar acción unitaria ante la apreciación de que no va a ser fácil esta negociación. Si la paritaria se complica, no hay que descartar que haya nuevas medidas conjuntas”.
El paro nacional de mañana fue convocado –por separado– tanto por la Conadu y la Conadu Histórica como por la Fedun, la federación enrolada en la CGT oficial. La Histórica iniciará la huelga hoy, por lo que cumplirá una medida de fuerza de 48 horas. Hasta el momento, la única federación de los profesores que no llamó al paro es Fagdut, la entidad que representa a los docentes de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
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Ejemplo de análisis político utilizando e concepto de hegemonía

Opinión

Interrogantes sobre el kirchnerismo

Por Jorge Alemán *
En distintas ocasiones, los compañeros españoles me preguntan por cuál fue el posible error en la “construcción hegemónica” del kirchnerismo. Después de la prudente observación sobre el 49 por ciento obtenido y dado que se me insiste en una reflexión crítica, reformulo la cuestión en los siguientes términos: ¿Hubo realmente un proceso hegemónico? Sí, siempre y cuando diferenciemos “poder” de “hegemonía”. Tal como lo vengo sosteniendo, el poder neoliberal es homogéneo, constante y dispone de distintos dispositivos mediático-corporativos de captura y producción de la realidad. La hegemonía, sin embargo, es un hecho político inestable, contingente y siempre expuesto a los procedimientos del Poder. Un éxito mediático de la derecha neoliberal argentina fue tratar al proyecto hegemónico, siempre inacabado y en permanente construcción, como si se tratara de un poder absoluto y omnímodo. Ese fue su triunfo ideológico, lograr que un sector de la población percibiera la construcción política como un cuasitotalitarismo, lo cual es un espejismo delirante, ya que el kirchnerismo, si se destaca por algo, es por haber vertebrado en la tradición popular una extensión notable de los derechos civiles y republicanos. Como ya es sabido, las experiencias nacionales y populares se encuentran con obstáculos mayores en la creación de “una nueva institucionalidad” así como en la generación de un nuevo modelo de acumulación distinto al subordinado a la exportación de las materias primas. No obstante, la redistribución de la riqueza fue suficiente como para ofuscar seriamente a los sectores del Capital concentrado y financiero.
Esa fue su fuerza y su fragilidad. Dos términos que nombran lo mismo cuando se trata de proyectos populares con vocación hegemónica.
Por esta articulación, siempre inestable pero de gran calado histórico, el gobierno gerente del poder neoliberal está más preocupado por destruir la experiencia kirchnerista que por gobernar.
Por supuesto que la misma debe ser revisada, pero no de un modo idealista donde siempre parece que se hubieran tenido todas las posibilidades del mundo. El kirchnerismo jugó su gran partida en el campo del neoliberalismo, como no podía ser de otro modo, por razones históricas. La crítica y su dimensión autocrítica no valen de nada si no se reconocen los límites estructurales en los que se realizó nuestra experiencia política.
Por ello, aún teniendo una comprensión absoluta de la catarsis que implica la difusión de los desastres del gobierno actual con el lema acusatorio “Vos los votaste”; me parece que no conduce a nada desde la perspectiva de volver hacia la tarea de nuestra nueva articulación hegemónica.
En primer lugar, porque las verdaderas construcciones políticas nunca son catárticas, exigen la fría lógica de la delimitación del adversario, en función del antagonismo que se va a desplegar.
Cuestión que concierne, a mi juicio, al peronismo postkirchnerista donde ha quedado definitivamente obsoleto el viejo chiste de “peronistas somos todos”. La célebre sentencia “el peronismo será revolucionario o si no, no será nada”, se traduce actualmente por su capacidad de participar en una construcción hegemónica que trate antagónicamente al neoliberalismo en cualquiera de sus formas y manifestaciones. Y, lógicamente, el adversario es el gobierno y el sistema de complicidades que lo sostiene.
* Psicoanalista y escritor.
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lunes, 28 de marzo de 2016

Argentina: A 40 años del golpe de estado de 1976. Dossier

Carlos Abel Suárez 

Osvaldo Bayer 

Juan Carlos Giuliani 

27/03/2016
Lucha eterna por la memoria y la verdad
Carlos Abel Suárez
“Lo que pasó en las almas de los argentinos entre 1976 y 1983 es todavía un enigma. (…) ¿Fue cielo alguna vez la tierra que se convirtió en infierno? No lo sé, los abuelos de nuestros padres decían que sí. Sin embargo, no hay razón en creer en viejas fábulas. Hoy tenemos otras”.  Osvaldo Soriano

Las conmemoraciones de números redondos son propicias para la reflexión, los actos públicos y la opinión publicada.
Los 40 años del golpe de Estado de 1976, la mayor tragedia de la historia argentina, no escapa de esa costumbre. Cientos de artículos, docenas de libros (entre reediciones e inéditos) nos obligarán a seguir leyendo y pensando por varios años. Algunos trabajos son novedosos, resultado de investigaciones o de opiniones fundadas, miradas sobre el mismo fenómeno desde distintas perspectivas. También hay inolvidables testimonios. Otros son panfletos y varios apenas platos cocinados para el oportunismo editorial. Hay para todos.
El golpe del 76 ya es historia para las generaciones nacidas en democracia. Pero para los que vivimos el momento de la tragedia,  tiempos de dolor intenso, seguirá siendo una lucha eterna por la memoria y la verdad. Sin embargo, tanto a los jóvenes y veteranos nos viene bien recordar las lecciones del historiador británico E.H. Carr cuando decía que la historia “es un diálogo sin fin entre el presente y el pasado”.
Convendría repetir aquí lo que dijimos en Sin Permiso al cumplirse 38 años del golpe, lo reafirmamos.  De todas maneras siempre hay nuevos y variados relatos que buscan acomodar la caracterización del Golpe, las responsabilidades y consecuencias a sus posturas del presente. Cualquier historia puede ser novelada, para mejor o para peor, pero “verde es el árbol de la vida” y los hechos son los hechos.
El jueves 24 asistimos a una multitudinaria manifestación conmemorativa, pero fue una de las peores en toda la historia de los derechos humanos. Las grandes manifestaciones, incluso cuando todavía la dictadura estaba vivita y matando eran la expresión de una voz potente. El jueves pasado hubo tantas manifestaciones como grupos, tantas consignas como da la imaginación de cada fracción, no hay una voz de conjunto. Y ni el menor atisbo de pensar críticamente en el daño de partidizar y fraccionar el histórico movimiento de los derechos humanos, que trascienden el período 1976-1983; son para lo que pasó después, para lo que pasa hoy y para lo que pasará mañana.
Y en eso llegó Obama
La visita casi turística de Barack Obama movilizó el histórico antiimperialismo, que siempre se manifestó cada vez que algún funcionario estadounidense  importante llegó a este puerto. Cuando Richard Nixon tuvo la mala idea de enviar a Nelson Rockefeller a Buenos Aires, en 1969, amanecieron incendiados 13 supermercados de la cadena Minimax. Por una década nadie se animó a abrir un supermercado en Argentina. Sin embargo, cuando vino George Bush (padre) a festejar con Carlos Menem el ingreso al primer mundo, muchos de los diputados, senadores y gobernadores peronistas aplaudieron a rabiar. El gesto solitario del entonces trotskista Luis Zamora, imitó el grito del legendario Liborio Justo, cuando el Congreso recibía con pompa a Franklin Roosevelt, en 1936.  Bush hijo, vino – pero no en visita oficial – a sepultar el ALCA en Mar del Plata, y varios de los que festejaban a su progenitor ya vestían de antiimperialistas. Pueden cambiar tantas veces como sea necesario, la política y la economía argentina son recurrentes.
Obama, en retirada de su gobierno, al llegar en esta fecha a Buenos Aires obligó Mauricio Macri a verbalizar una condena del terrorismo de Estado y una visita al museo de la Memoria, que nunca hizo. Al mismo tiempo Obama se comprometió a poner a la luz pública los archivos militares y del Departamento de Estado sobre la dictadura argentina, en paralelo con una similar decisión del Vaticano. Sabemos que las palabras pueden ser malversadas y que existen las operaciones para mejorar la imagen de los políticos, pero estos gestos no son gratuitos y deben ser contabilizados en el haber de los Derechos Humanos.
Obviamente será interesante revisar los archivos que quieran abrir tanto el Vaticano como el Departamento de Estado, pero no vamos a encontrar mucho más de lo que ya sabemos. No van a dar el nombre de sus agentes y cuánto pagaron a cada cual y difícilmente nos digan quien guardó la lista con el destino de los desaparecidos ni quien se robó los bebés nacidos en cautiverio.
La geopolítica de Washington definió muy tempranamente América Latina como su espacio vital y en esa estrategia fue desplazando comercial y financieramente  a Gran Bretaña mientras intervenía en todos los golpes o  confrontaciones sociales y políticas de la región. Acentuada luego por la existencia de Cuba y la Guerra Fría.
Pero en el golpe del 24 de marzo de 1976 no fue necesaria la intervención abierta del Departamento de Estado y de la CIA, como sí se registró en Chile desde el mismo momento en que las encuestas daban como posible un gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular.
El golpe más anunciado de la historia argentina
Los militares asumieron el 24 de marzo de 1976, pero vale preguntarse si en realidad el golpe no se fue consumando antes, como un ejercicio de aproximación sucesiva. Por ejemplo, desde los trágicos sucesos de Ezeiza, el 20 de junio de 1973.
Luego vino el derrocamiento del presidente Héctor Cámpora, disfrazado como renunciamiento; la payasada del interregno del yerno de José López Rega, Raúl Lastiri y la elección de Perón. Una vez en el gobierno, Perón da numerosas señales hacia dónde apunta. Entre ellas, se destacan las dos veces que se reunió con el dictador Pinochet, repudiado entonces por todo el mundo, menos para Estados Unidos. Y ya enfermo, casi al borde de la muerte, viaja a Asunción dar un abrazo a su viejo amigo,  el  dictador Alfredo Stroessner. En estos encuentros se habría comenzado a diseñar el Plan Cóndor, según varias fuentes.
Poco tiempo después de la muerte de Perón, el golpe ya era parte de los comentarios habituales. Hasta que llegó el momento en que el entonces comandante del Ejército, Jorge Rafael Videla, hablando públicamente en nombre de las Fuerzas Armadas, le puso fecha: advirtió que le daban 90 días al gobierno para rectificar el rumbo. El plazo se cumplía a última hora del 23 de marzo.
La inolvidable periodista y amiga, Susana Viau, entrevistó hacen 20 años al general Rodolfo Mujica. Había llegado al generalato con 46 años y fue, en 1975, comandante de la Brigada de Tropas Aerotransportadas y luego director de la Escuela Superior de Guerra. Pasó a retiro en noviembre 1976, junto al general José Buaso, por ser los únicos oficiales del Estado Mayor que se opusieron a la represión ilegal. “Algún día nos van a pedir cuentas por esto”,advirtió, el 7 de julio de 1976, en una reunión del Comando en Jefe del Ejército, presidida por Jorge Rafael Videla y Roberto Viola y de la que participaban 16 generales; fue su despedida, según Mujica contó a Viau.
SV -¿Siempre consideraron inevitable el golpe?
RM -Los generales habíamos barajado tres variantes: una, la salida constitucional, con Lúder, en la que confiábamos; la otra, la bordaberrización con Isabel, que aunque se mostraba factible no me parecía justa. Un hombre es o no es presidente. Me resultaba indigno de un militar usar un títere para gobernar sin poner la cara. La última era un golpe de Estado. (…) A este golpe se llegó hasta sin ganas de golpear. Algunos de nosotros, el general Viola, el general Videla, el coronel Villarreal, el coronel Reston y yo mismo nos reuníamos hasta con Ricardo Balbín para hablar del país. Opinaba que “esa mujer no está en condiciones de gobernar”, aunque admitía que dentro de su propio partido había un sector, al que llamaba “los zurditos”, que no compartía esa posición. Había que garantizar el orden.
SV- Llevarse por delante la ley para reinstalar la ley…
RM- Siempre que hubo un movimiento revolucionario, con razón o sin ella, se esgrimió el mismo argumento. Siempre fue para salvar la democracia, cosa simpatiquísima, que cada uno interpreta como quiere. “Vulnero la democracia para salvar la democracia”, “vulnero el orden constitucional en bien de la Constitución”. Tenga por seguro que si mañana hay que salir a defender mercaditos, a controlar el caos, a frenar la entrada de un país extranjero, el orden constitucional, aunque sea yo el presidente – lo que no puedo ni quiero – se va a subvertir. Porque hay cosas que superan lo escrito y el argumento va a ser siempre el bien de la patria”. (Página 12, 24 de marzo de 1996).
Al comenzar marzo de 1976, Isabel estaba en su laberinto, asesorada por personajes como el intendente de Avellaneda, Herminio Iglesias. Confiaba en un plan de ajuste diseñado por su ministro de Economía, Emilio Mondelli. El 8 de marzo, Herminio, como vocero de la presidenta, expresaba a la revistaCuestionario que las medias adoptadas por el ministro Mondelli eran idénticas a las que preparaban los militares, quienes se quedarían así, sin plan económico.  “A las Fuerzas Armadas – según Isabel – les conviene que sea el gobierno popular quien absorba el impacto de semejantes medidas. El golpe va a quedar frenado – aseguró – y si ganamos un mes, entonces vamos a llegar a las elecciones. Por dos cosas: una, porque yo no voy a ser candidata; dos, porque el candidato no va a ser peronista. Va a ser un hombre de mucho prestigio internacional, que va a venir del extranjero”.  El candidato era por todos conocidos: el mendocino Alejandro Orfila, secretario general de la OEA, que era y siguió siendo por varios años un hombre del Departamento de Estado. En octubre correspondía llamar a elecciones y Orfila bien podía garantizar una salida política, complaciente con Washington y hasta compartida, entre otros, por el padre del neoliberalismo en el Río de la Plata, Álvaro Alsogaray, que estaba, contra el golpe.
Pero si algo faltaba para confirmar ese extravío, esa falta de visión política que afecta a los políticos argentinos de todos los signos, vale detenerse en la entrevista de Gabriel García Márquez a Mario Firmenich, publicada en la revista italiana L´ Espresso el 17 de abril de 1977.
“La junta militar presidida por el general Jorge Videla hace ya un año que está en el poder”, le digo. “Mi impresión personal es que este lapso de tiempo le bastó para exterminar a la resistencia armada. Ahora ustedes los montoneros no tienen nada que hacer, al menos en el terreno militar. Están despachados”.
Mario Firmenich no pierde la compostura. Su respuesta es seca e inmediata. “Desde octubre de 1975, cuando todavía Isabelita Perón estaba en el gobierno, ya sabíamos que en un año habría golpe. No hicimos nada para impedirlo porque, en definitiva, también el golpe formaba parte de la lucha interna del movimiento peronista. Pero hicimos nuestros cálculos, cálculos de guerra, y nos preparamos para sufrir, en el primer año, un número de bajas humanas no inferiores a 1.500 unidades. Nuestra cuenta era ésta: si lográbamos no superar este nivel de pérdidas, podíamos tener la seguridad de que, tarde o temprano, venceríamos. ¿Y qué pasó? Pasó que nuestras bajas fueron inferiores a lo previsto. En cambio, la dictadura perdió aliento, ya no tiene salida, mientras nosotros gozamos de un gran prestigio entre las masas y somos en Argentina la opción política más segura para el futuro inmediato”.
El golpe tuvo consenso
Durante mucho tiempo una franja muy amplia del activismo, alentada por la miopía de los mariscales de la derrota,  se negó aceptar que el golpe tuvo un amplio consenso social. El mismo rechazo obtuvo la conclusión de que estábamos frente a una ola de reflujo del período que se había abierto en América Latina con la Revolución Cubana, el mayo del 68, el triunfo de Allende, el Cordobazo y tantos otros acontecimientos, que parecían anunciar que nada podría detener el progreso o la revolución social.  Y que ese reflujo tenía explicaciones profundas económicas y políticas, que no vamos a detallar aquí.
No hablemos de la prensa del establishment que festejó el golpe, sino de medios como el Buenos Aires Herald, cuyo director, Robert Cox, se jugó la vida denunciando desaparecidos. En su primer editorial tras el golpe sostiene que por fin se ha puesto término a un vacío de poder y da un mensaje esperanzador.
El comunicado oficial del Partido Comunista fue más lejos:
“Ayer 24 de Marzo, las FF.AA. depusieron a la presidenta María E. Martínez, reemplazándola por una Junta Militar integrada por los comandantes de las tres armas. No fue un suceso inesperado. La situación había llegado a un límite extremo "que agravia a la Nación y compromete su futuro", como dice en uno de los comunicados de las FF.AA. Cargan por esta situación, inmensa responsabilidad el lopezrreguismo reaccionario y su protectora María E. Martínez, que habían pisoteado el programa por el cual había votado el pueblo en 1973, y que en la etapa anterior había empezado, aunque con timidez e inconsecuencias, a realizarse. (…) En víspera de los dramáticos sucesos del 24, bandas fascistas impunes asolaron con sus crímenes el país. La muerte rondaba las calles y caminos, fabricas, universidades, hospitales; penetraba en la intimidad de los hogares. Nunca se había visto en nuestro país nada tan cruel. El P.C. siempre se pronunció contra los golpes de estado. La experiencia indica que desde 1930 los golpes de estado tuvieron por objeto defender el latifundio improductivo y aumentar el grado de dependencia del país. Esta vez, ¿se romperá esa nefasta tradición? El PC está convencido de que no ha sido el golpe de Estado del 24 el método más idóneo para resolver la profunda crisis política y económica, cultural y moral. Pero estamos ante una nueva realidad. Estamos ante el caso de juzgar los hechos como ellos son. Nos atendremos a los hechos y a nuestra forma de juzgarlos; su confrontación con las palabras y promesas. Los actores de los sucesos del 24 expusieron en sus primeros documentos sus objetivos, que podríamos resumir de la siguiente manera: “... Fidelidad a la democracia representativa con justicia social; revitalización de las instituciones constitucionales; reafirmación del papel del control del Estado sobre aquellas ramas de la economía que hacen al desarrollo y a la defensa nacional, defensa de la capacidad de decisión nacional...”. El P.C., aunque no comparte todos los puntos de vista expresados en los documentos oficiales, no podría estar en desacuerdo con tales enunciados, pues coinciden con puntos de su programa, que se propone el desarrollo con independencia económica; la seguridad con capacidad nacional de decisión, soberanía y justicia social”.
Este apoyo inicial, que se podría explicar por el terror impuesto por la Triple A y otras bandas paramilitares (Comando de Organización, Libertadores de América, etc.), por la implacable persecución, encarcelamiento y asesinato de dirigentes sindicales clasistas o independientes de la burocracia sindical, además de una gran dosis de ingenuidad por considerar que Videla le pondría fin al caos; el PC extendió durante mucho tiempo su carta de crédito, cuando ya se sabía lo de los desaparecidos y la política económica de Martínez de Hoz, con todas sus consecuencias. Apoyo que llevó a organizar una gira internacional de sus principales dirigentes explicando que las denuncias de los enviados de Carter eran una patraña del imperialismo. Ciertamente, la URSS era el principal cliente a las exportaciones argentinas, un negocio que continuó más allá de Carter, cuando ya militares argentinos colaboraban en el aplastamiento de las guerrillas en Centro América. En 1982, la aventura absurda de Galtieri, concitó no sólo la adhesión del PC sino de la mayoría de la izquierda y la clase política, que llenó las plazas de entusiasmo. Los que pusieron la vida, sin embargo, fueron los miles chicos mal entrenados, mal alimentados y maltratados. Pero no carguemos sólo al PC, con sus pecados en dictadura.  Américo Ghioldi, el líder del Partido Socialista democrático fue designado embajador de la dictadura en Portugal. Habiendo trascurrido ya algunos años, todavía en 1981, La Vanguardia, el periódico del PSD, que sólo conservaba el nombre de las glorias de su  pasado, afirmaba: “Más allá de los errores evidentes, Videla presidente de paz y de la paz, energía callada templada por la virtud, protagoniza la primera etapa del proceso, consistente en afianzarlo y prevenir retornos retrógrados”.
Del otro sector del PS también hubo esmero para la causa. Dos de sus dirigentes fueron a la Internacional Socialista a denunciar la campaña “antiargentina”, y fue Willy Brandt quién los desenmascaró al enterarse de que los pasajes de los delegados habían sido pagados por el ministro del Interior de la dictadura, general Albano Harguindeguy.
En 1979, en la avenida de Mayo se formó una larga fila de temerosos denunciantes para entrevistarse con la delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y contar lo les había pasado o lo que habían visto. Una caravana de camiones y colectivos que gritaban “Argentina, Argentina” los intimidaba. Habían sido alentados desde un programa radial de alta audiencia que transmitía el triunfo de la selección juvenil de fútbol en Japón. Otro de los logros, tras el Mundial de 1978 que cimentaban la popularidad y el intento de perpetuarse del régimen militar. En ese momento, para la Asociación de Medios del Interior (ADIRA) la gestión de Patricia Derian, era una injerencia en los asuntos internos del país. La misma ADIRA, que congregaba a los diarios y radios del interior del país – no a las grandes empresas capitalinas – presidida por José Antonio Romero Feris,  director del diario correntino El Liberal (luego gobernador de Corrientes entre 1983-1987, por el Pacto Autonomista-Liberal),  también acusó de intervencionista en las cuestiones argentinas a la delegación de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa), que vino a reclamar por la libertad de expresión y particularmente por la libertad de Jacobo Timerman, fundador y director del diario La Opinión, incautado por el régimen militar.
Timerman había lanzado un vespertino, La Tarde - dirigido por su hijo Héctor, hasta hace poco canciller de Cristina Kirchner -  que apoyaba abiertamente el golpe. Héctor frecuentaba la casa Rosada y circulan fotografías cenando con Videla. El idilio terminó cuando los militares secuestraron, torturaron y casi matan a Jacobo, quedándose con todos sus bienes.
Por el lado de la burocracia sindical peronista los aplausos a la dictadura no eran menos entusiastas. La Federación de Empleados de Comercio publicó en 1979 una muy visible solicitada en los principales diarios nacional para conmemorar el día de la Lealtad, donde luego de resaltar el significado de la gesta señalaba:
“El 17 de octubre de 1945, los trabajadores argentinos enarbolaron para siempre la bandera nacional, dieron la espalda a todos los internacionalismos y abrazaron una doctrina que es la verdadera base de la paz social argentina.  (…)
La doctrina cristiana, los valores humanistas universales, el concepto de soberanía nacional, el fortalecimiento y no la destrucción de estructura productiva del país, la complementación del Estado en la protección de la salud, la vivienda digna, la recreación y el turismo social, en lugar del irreconciliable enfrentamiento; la conciliación y no la lucha de clases; la defensa apasionada de la empresa nacional contra la competencia extraña, y no la destrucción de la vida empresaria; son ideas fuerzas fundamentales que se incorporaron al patrimonio cultural de la Nación y motivaron a la mayoría del pueblo.
Dilapidar ese patrimonio por resentimiento, sería simplemente suicida.
Desde esta perspectiva histórica estamos dispuestos a reconstruir el país, al que queremos apasionadamente. Por él hemos realizado ingentes sacrificios sin recompensa ni reconocimiento, por él se ha vertido la sangre de cientos de mártires sindicales cuyos pechos fueron valla contra todo tipo de subversión, por él hemos olvidado tantos gratuitos agravios a nuestra dignidad y a nuestros más legítimos derechos”.  
A esa altura, mientras algunos dirigentes sindicales estaban en las cárceles de la dictadura, como el metalúrgico Lorenzo Miguel, otros trabajaban para el proyecto del almirante Emilio Eduardo Massera, en sus sueños de un movimiento para ser un nuevo Perón.
Con esta recorrida de avales y otros que podrían abrumar páginas y páginas, la palmadita de Henry Kissinger al vicealmirante César Guzzetti, cuando le dijo en octubre de 1976 en el Waldorf Astoria de Nueva York, “lo que tengan que hacer háganlo rápido”, agregando “tengo un punto de vista anticuado, según el cual los amigos deben ser apoyados. Lo que no se entiende en Estados Unidos es que ustedes enfrentan una guerra civil”, sumó pero no fue determinante.

A los 40 años
Osvaldo Bayer
Qué increíble. A pesar de todo se demuestra que la ética triunfa en la historia. Puede ser que los casos que sucedieron esta semana y se recuerdan en estas líneas sean particulares o específicos, pero me parecen suficientes para marcar esa línea.
El martes de 22 de marzo fui invitado a dar una charla debate sobre “Genocidio, a los 40 años del golpe”, en el Bachillerato de Adultos ubicado al lado de la estación Chacarita. Llegué hasta el cuarto piso donde me esperaban estudiantes adultos mayores y profesores jóvenes que, entre todos, realizaron preguntas sobre la última dictadura militar y el exilio, la quema de mis libros y la experiencia vivida en los años transcurridos en democracia.
El día 23 de marzo, en Olivos, concurrí a una escuela pública, Paula Albarracín de Sarmiento. Cuando llegué me encontré con una cantidad enorme de adolescentes, sentados en el piso del aula magna para conversar juntos. De pronto, me comenzaron a preguntar sobre el último golpe militar, por qué pasó y qué significó la desaparición de personas. Al poco rato, me enteré que en el colegio el libro La Patagonia rebelde es uno de los de lectura permanente en cuarto y quinto año de la secundaria, lo mismo que la película de igual nombre que se proyecta siempre para los estudiantes. Les conté entonces sobre mis amigos entrañables, Rodolfo Walsh, Paco Urondo y Haroldo Conti. Y de mis recuerdos de las redacciones donde trabajé con ellos, cuando hablábamos del riesgo que estábamos corriendo por escribir y luchar por un país más justo e igualitario. También les comenté a los estudiantes sobre las ideas de los hombres de mayo de 1813, de esos hombres que pedían la igualdad en libertad, y discutimos sobre dónde quedaron esos valores en los diversos gobiernos que les continuaron, hasta llegar a la actualidad.
Los jóvenes estaban por doquier, algunos hasta colgados de las ventanas. Con gratitud, contesté sus inteligentes preguntas. “¿Qué sintió cuando tuvo que irse obligado de su país y dejar todo?”, me interpeló un estudiante de secundario. Le contesté que tuve una gran angustia y desazón por lo injusto de esa persecución. Yo solamente había escrito la verdad histórica, todo estaba investigado y siempre tuve las pruebas de todo lo escrito en mis libros. Ya sabíamos lo que estaba pasando, de a poco empezamos a ver esas prácticas autoritarias y criminales que empezaba a ejercer ese gobierno militar, desaparición de personas, torturas, represión y muerte.
Otra pregunta: “¿Qué piensa del futuro de la Argentina?” Respondí que el futuro depende de nosotros, que lo debemos construir entre todos. Por eso son tan importantes las asambleas, porque las decisiones las tenemos que tomar en común, el diálogo es lo más importante, hay que sostener una verdadera democracia, cueste lo que cueste. No existe democracia sin diálogo, discutir pero siempre en términos respetuosos, y la decisión de todos es la que cuenta. Por último les dije que sería bueno que los profesores los lleven a visitar las “villas miserias”, para que puedan ver que no hay derecho a que unos tengan tanto y otros nada. Tenemos que comprender que no puede haber niños con hambre, ni casas precarias; es importante que todos podamos vivir con la misma dignidad. Para eso tiene que existir la verdadera democracia, para no repetir lo que se hizo mal y llegar a la igualdad en libertad.
Para mi asombro ahí no terminaba la cosa. Me esperaban dos sorpresas más. Estaba en la sala la nieta de Severino Di Giovanni, Gisela Di Giovanni, que se acercó y nos abrazamos profundamente. Me embargó la alegría, nada menos que una descendiente directa de aquel anarquista cuya vida investigue y volqué en el libro Severino Di Giovanni, el más perseguido de la historia argentina. Pero no dejaban de aparecer sorpresas. Estaba también el hijo de Haroldo Conti, Alberto Conti. Otra gran alegría y emoción; su padre, mi amigo, el gran escritor, el gran poeta, asesinado por esos miserables dictadores que no hicieron otra cosa que perseguir y matar a los mejores.
Me despedí, tenía que estar en el Obelisco para hablar sobre “40 años del último golpe militar y la llegada de Barack Obama a la Argentina” junto a Nora Cortiñas y Pablo Pimentel, un encuentro al aire libre organizado por el Encuentro de los Pueblos. Allí dije que “Estados Unidos debe tener un cargo de conciencia sobre nuestra Patria y el imperialismo debe someterse a pedir perdón de una vez por todas...”
Por último llegó el día 24, en que se conmemoró los 40 años del último golpe militar en Argentina. Llegué con mis amigos a Avenida de Mayo y San José, donde esperamos a Adolfo Pérez Esquivel y a Norita Cortiñas. Marchamos en parte juntos por la Avenida de Mayo, cruzamos grupos de niños y anduvimos con ellos, después seguimos camino y nos encontramos con grupos de artistas, con militantes de todas las corrientes. Seguimos andando y de pronto quedamos adelante de grupos políticos partidarios, seguimos y estuvimos con gente de derechos humanos y gran cantidad de grupos independientes; hasta que volvimos a reunirnos con Norita Cortiñas y Adolfo, en un café, a tomar algo. Es que mis 89 años a veces me lo hacen notar. Pero no importa, lo verdadero fue ver con gran alegría que la Plaza de Mayo, nuestra Plaza de Mayo, la del pueblo, estaba colmada de gente, colmada de memoria recordando a nuestros desaparecidos y recordando también a los poderes de turno. NUNCA MAS, pase lo que pase, vamos a dejar que vuelvan gobiernos dictatoriales.


Hasta el último round
Juan Carlos Giuliani
Desafió el statu quo social e impuso sus tiempos a la historia. Hasta convertirse en el fenómeno masivo más importante que parió la Argentina en los últimos 40 años.
Esa juventud militante y comprometida se aproximó a la realidad de los de abajo eludiendo libros y abstracciones.
Organizó los barrios, se codeó con el oprobio cotidiano de las villas miseria, levantó barricadas en las calles, se proletarizó en las fábricas y se “coló” en la universidad con la idea de hacerle asomar sus narices por sobre los muros elitistas.
En el camino cometió más de un error. Más aún, fue creciendo sobre pilas de equivocaciones. A eso no lo niega nadie. Tampoco su incapacidad para evitar el aislamiento y la soledad en el momento crucial de su enfrentamiento con “los dueños de la manija”.
Pero –y esto también es innegable- sostuvo sin claudicaciones las banderas que vienen del fondo de la historia y que expresan un proyecto de sociedad mejor: Más libre, justa y solidaria. Además, y por sobre todo, fue auténtica. A la hora de jugarse supo poner los de Pascua sobre la mesa.
Hasta sus más encarnizados detractores no podrán afirmar que esta generación masacrada, vapuleada, virtualmente extinguida, se limitó a formular sus teorías en la mesa de un café.
Por el contrario, tuvo el atrevimiento de cometer el más original de los pecados: Cuestionó –como muy pocas veces antes- las bases políticas, ideológicas, culturales y económicas de los grupos de poder dominantes.
Esa audacia no se la perdonaron nunca. Y cuando llegó el turno de la revancha oligárquica, los señores de la muerte fueron implacables, sanguinarios, impiadosos.
Los tiempos han cambiado. Hemos transitado ya más de tres décadas en democracia, todo un récord de estabilidad institucional en un país golpeado cíclicamente por los ventarrones de la intolerancia oligárquica.
Sin embargo, aquello por lo que vivieron y murieron los jóvenes del ’70 aún tiene plena vigencia. Seguimos viviendo en un mundo esencialmente violento e injusto.
Entre los sobrevivientes de esa generación perdida, una buena porción se ha rendido y decidió “tirar la toalla”. Algunos, incluso, hoy pontifican sobre las secuelas del fracaso y las bondades que acarrean la modernización y la ley del mercado. Aunque disfracen ese discurso con un barniz "progresista".
El posibilismo explica mejor que ninguna otra razón el fracaso de las experiencias de "centroizquierda" en nuestro país y Latinoamérica. En nombre de la gobernabilidad del sistema reniegan de la participación y movilización popular y mantienen intacta la injusta matriz productiva y de distribución de la riqueza. Descreen del poder popular y, con sus claudicaciones a cuestas, terminan abriéndole la puerta a la restauración oligárquica.
Otros, en cambio, pese a las heridas y frustraciones, siguen apostando a la construcción colectiva, a la reorganización del Movimiento Obrero y Popular, a construir una alternativa de poder emancipatoria para que el pueblo sea gobierno, peleando hasta el último aliento.
Hasta el último round.
Hasta poder meterle el “cross” en la mandíbula que tire a la lona por toda la cuenta a la soberbia, la explotación, la desigualdad, la corrupción y la indiferencia.
Con la gente en el ring.
Abrigando en los corazones sesentones y cansados las ilusiones intactas de hace cuarenta años.
Por ellos, por nosotros, por los que vendrán: Qué bueno es seguir adelante.
Hasta que algún día, la vida nos bese en la boca.
 
Miembro del comité de redacción de Sin Permiso.
 
historiador, escritor y periodista anarquista argentino.
 
Secretario de Relaciones Institucionales de la CTA.
Fuente:
Varias

Sobre el estilo del Manifiesto Comunista

Umberto Eco (1932-2016) 

27/03/2016 
No se puede sostener que algunas hermosas páginas puedan cambiar el mundo por sí solas. Toda la obra de Dante no consiguió devolverles un emperador sacro romano  romano a los municipios italianos. No obstante, al recordar el texto que fue el Manifiesto del Partido Comunista de 1848, y que, ciertamente, ha influido largamente en los acontecimientos de dos siglos, creo que hay que releerlo desde el punto de vista de su calidad literaria o, al menos –aunque no se lea en alemán-, de su extraordinaria estructura retórico-argumentativa. En 1971 apareció el librito de un autor venezolano, Ludovico Silva, El estilo literario de Marx, publicado en italiano en 1973 por Bompiani. Creo que ya no se puede encontrar y valdría la pena reeditarlo. Refiriéndose a la historia de la formación literaria de Marx (pocos saben que también escribió poemas, bien que malísimos, en opinión de los pocos que los han leído), Silva analizó minuciosamente toda la obra de Marx. Curiosamente, dedicó sólo unas pocas líneas al Manifesto, tal vez porque no es una obra estrictamente personal. Es una lástima: se trata de un texto formidable, que alterna tonos apocalípticos e ironía, lemas eficaces y explicaciones claras, y (si realmente la sociedad capitalista quiere vengarse de las molestias que estas páginas no muy numerosas le han causado) tendría hoy que analizarse religiosamente en las escuelas publicitarias.
Comienza con un formidable golpe de timbal, como la Quinta Sinfonía de Beethoven: "Un fantasma recorre Europa" (no olvidemos que estamos todavía cerca del florecimiento prerromántico y romántico de la novela gótica, y los espectros son entitades que hay que tomarse en serio). Sigue justo después una historia a vuelo de águila de las luchas sociales, desde  la antigua Roma hasta el nacimiento y desarrollo de la burguesía, y las  pàginas dedicadas a las conquistas de esta nueva clase "revolucionaria" constituyen su poema fundador, todavía válido para quienes apoyan el liberalismo. Se ve (quiero decir  exactamente "se ve", en sentido casi cinematográfico) esta nueva fuerza irrefrenable que, impulsada por la necesidad de nuevas salidas para sus mercancías, recorre todo el orbe terráqueo (y, a mi entender, aquí el hebreo y mesiánico Marx piensa en el inicio del Génesis), altera y transforma países lejanos porque los bajos precios de sus productos son una especie de artillería pesada con la que bombardea cualquier muralla china, hace capitular a los bárbaros más endurecidos en el odio al extranjero, instaura y desarrolla las ciudades como signo y fundamento de su propio poder, se multinacionaliza, se globaliza, hasta inventa una literatura ya no nacional sino mundial...
Al final de esta apología (que conquista en la medida en que es sincera admiración), llega de improviso el giro dramático: el hechicero se encuentra impotente para dominar les fuerzas subterráneas que ha invocado, el vencedor se ahoga en su propia sobreproducción y cría en su propio seno, de sus mismas entrañas, a sus sepultureros, los proletarios.
Entra ahora en escena esta nueva fuerza que, dividida y confusa en un primer momento, se empecina con furia en la destrucción de las máquinas y es empleada por la burguesía como masa de choque, obligada a luchar contra los enemigos de sus propios enemigos (las monarquías absolutas, la propiedad feudal, los pequeños burgueses), y absorbe gradualmente a parte de los adversarios que la gran burguesía proletariza: artesanos, tenderos, campesinos propietarios. La revuelta se convierte en lucha organizada, los obreros están en contacto recíproco por medio de otro poder que los burgueses han desarrollado en su propio beneficio: las comunicaciones. Y aquí el Manifiesto cita los ferrocarriles, pero piensa también en las nuevas comunicaciones de masas (no olvidemos que Marx y Engels supieron utilizar en La sagrada família la televisión de la época, es decir, la novela de folletón como modelo de  imaginario colectivo, criticando su ideología pero, al mismo tiempo, utilizando lenguaje y situaciones que ésta había popularizado).
En este punto entran en escena los comunistas. Antes de decir de manera programática quiénes son y qué quieren, el Manifiesto (con un movimiento retórico soberbio), se detiene en el punto de vista de la burguesía que les teme y adelanta algunas preguntas aterradoras: ¿Queréis abolir la propiedad privada? ¿Queréis poner en común las mujeres? ¿Queréis abolir la religión, la patria, la familia?
Aquí el juego se vuelve sutil, porque el Manifiesto parece contestar de manera tranquilizadora a todas estas preguntas, como para ablandar al adversario, pero luego, con un movimiento improvisado, le golpea en el plexo solar y consigue el aplauso del público proletario... ¿Queremos abolir la propiedad privada? Pues no, las relaciones de propiedad siempre han objeto de transformación, ¿acaso la Revolución Francesa no abolió la propiedad feudal en favor de la burguesa? ¿Queremos abolir la propiedad privada? Qué bobada, no existe, porque es la propiedad de una décima parte de la población en perjuicio de las otras nueve. ¿Nos acusáis entonces de quere abolir “vuestra” propiedad? Si, es exactamente lo que queremos hacer. ¿La comunidad de las mujeres? Pero, a ver, ¡lo que nosotros queremos es más bien es quitarle a la mujer el carácter de instrumento de producción! Pero, ¿queréis de verdad poner en común las mujeres? ¡La comunidad  de mujeres la habéis inventado precisamente vosotros, que además de utilizar a vuestras propias esposas, sacáis partido de las de los obreros y como máximo pasatiempo practicáis el arte de seducir a las de vuestros iguales! ¿Destruir la patria? Pero, ¿cómo se le puede quitar a los obreros lo que no tienen? Nosotros queremos más bien que, al triunfar, los proletarios se constituyan como nación...
Y así sucesivamente, hasta esa obra maestra de reticencia que es la respuesta sobre la religión. Se intuye que la respuesta es "queremos destruir esta religión", pero el texto no lo dice: antes de afrontar un tema tan delicado, que pasa por alto, da a entender que todas las transformaciones tienen un precio, pero mejor por ahora no abrir capítulos demasiado candentes...
Sigue luego la parte más doctrinaria, el programa del movimiento, la crítica a los diversos socialismos, pero en este punto el lector ya está fascinado por las páginas anteriores. Y por si la parte doctrinaria resultase demasiado difícil, hete aquí el golpe final, dos lemas que cortan la respiración, fáciles de retener en la memoria, destinados (me parece) a una fortuna clamorosa: "Los proletarios no tienen nada que perder [...] salvo sus cadenas" y "¡Proletarios de todos los países, unios!".
Además de la capacidad ciertamente poética para inventar metáforas memorables, el Manifiesto permanece como una obra maestra de oratoria política (y no sólo eso) que tendría que estudiarse en las escuelas, junto con las Catilinarias y el discurso shakespeariano de Marco Antonio ante el cadáver de César. Porque tampoco ha de excluirse, dada la amplia cultura clásica de Marx, que justamente estos textos los tuviera presentes.
Umberto Eco, Sulla Letteratura (2002). Publicado originalmente en L´Espresso el 8 de enero de 1998, en el 150 aniversario del Manifiesto Comunista.
(1932-2016) Escritor, semiótico y filósofo, fue catedrático de la Universidad de Bolonia y una de las mayores figuras intelectuales de la Italia de postguerra.
Fuente:
L´Espresso, 8 de enero de 1998

domingo, 27 de marzo de 2016

Mary Sánchez

MURIO LA DIRIGENTE HISTORICA DEL GREMIO DOCENTE MARY SANCHEZ

Una maestra que hizo escuela

Fue una de las fundadoras del Suteba, resistió a la dictadura y, en la década del 90, desde Ctera, promovió la Carpa Blanca en reclamo de mayor presupuesto. Estuvo al frente del Instituto Nacional de la Economía Social e impulsó el plan FinEs.

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Mary Sánchez fue la primera mujer que integró la mesa de conducción de la Confederación General del Trabajo.
La militante y dirigente histórica del gremio docente María Vicenta “Mary” Sánchez, falleció ayer por la madrugada a los 72 años en la ciudad de Buenos Aires, donde estaba internada luego de sufrir una larga enfermedad. De nacionalidad española, Sánchez llegó al país en la década del 40 y se formó como docente. Defendió la educación pública, se opuso a la dictadura e impulsó la Carpa Blanca durante la década de 1990 en reclamo de mayor presupuesto educativo. Además, estuvo al frente del Instituto Nacional de la Economía Social (Inaes), del Ministerio de Desarrollo Social y fue una de las impulsoras del plan FinEs, programa con el que millones de adultos pudieron terminar la escuela secundaria. Compañeros de distintas entidades sindicales la recordaron como una “defensora incansable” de la educación pública y de los derechos de los trabajadores.
“Toda mi carrera docente fue de dictadura en dictadura”, declaró en una entrevista en televisión, donde además afirmó su alineamiento con el peronismo “por los padres de mis alumnos”, de los que aprendió a “defender la educación y los derechos de la gente”.
Sánchez había nacido en España en 1943 y llegó al país con su familia dos años más tarde, para vivir en el partido de La Matanza, Buenos Aires, donde cursó sus estudios y se recibió de docente. En la década del 70, militó en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y trabajó en numerosas campañas alfabetizadoras. Fue una de las fundadoras del Sindicato Unificado de los Trabajadores de la Educación de la Provincia de Buenos Aires (Suteba).
“El Suteba expresa su dolor por la partida de la compañera Mary Sánchez, nuestra primera secretaria general y pilar fundamental en la construcción de nuestro sindicato y de la Ctera”, sostuvo la entidad sindical a través de un comunicado, que además define a la docente como una “defensora de derechos de los trabajadores de la educación y la escuela pública, popular y democrática”. En la misma línea, el presidente del bloque de Diputados del Frente para la Victoria (FpV), Héctor Recalde, la recordó como “una dirigente sindical que marcó rumbos” y a quien “docentes, educadores populares y militantes vieron defender sus convicciones comprometida con su tiempo, con la dignidad y los derechos de sus compañeros”.
Sánchez también se convirtió en la primera mujer que integró la mesa de conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT). Fue cesanteada durante la dictadura cívico militar que usurpó el poder el 24 de marzo de 1976, período en el que protagonizó todas las protestas contra el gobierno de facto. “Atravesamos prácticamente toda la dictadura juntos y cuando nos dejaron cesantes, ella propuso que la indemnización que por esa época nos pagaban, la donáramos al sindicato para que se pudiera sostener”, recordó el secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Hugo Yasky, que definió a Sánchez como una “gran luchadora de la causa popular, comprometida con la educación pública”. Yasky también reconoció que fue su “maestra” cuando él inició su camino en el ámbito sindical. “Siempre fue fiel a sus principios. Militó y luchó toda su vida desde sus inicios como secretaria general del sindicato de La Matanza en 1971”, agregó. Además, el dirigente destacó que “tuvo la capacidad de vincular la lucha sindical con la defensa de la escuela pública” y que fue la primera que manifestó su convicción de que los docentes “no eran sacerdotes ni apóstoles de la docencia”.
Años más tarde, durante el menemismo, Sánchez participó de la Carpa Blanca, que se constituyó en la protesta más extensa de toda la década del 90. Con motivo de exigir un aumento en los fondos destinados a la educación, pero también de reclamar una mayor defensa del mercado interno y la suspensión del pago a la deuda externa, la carpa fue emplazada el 2 de abril de 1997 y visitada por casi 3 millones de personas. La protesta culminó con la sanción de la Ley de Financiamiento Educativo, que garantizó un fondo salarial de 660 millones de dólares y la derogación de la Ley Federal. Sánchez fue diputada nacional por la Alianza desde el espacio que dirigía Carlos “Chacho” Alvarez y trabajó desde 2003 en el Ministerio de Desarrollo Social.
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miércoles, 23 de marzo de 2016

Capitalismo, campo popular

medios y comunicación

Fernando Peirone sostiene que la estructura de los mass media altera el propósito de cualquier mensaje, aun del más antagónico, y lo convierte en una reafirmación del statu quo, frente a lo cual propone reformular las estrategias comunicacionales del campo popular.

Por Fernando Peirone *
Una alternativa efectiva a la hegemonía neoliberal ya no puede optar por una estructura comunicativa que boicotea sus propios objetivos. ¿O acaso la denegación de la palabra en que los mass media sustentan su dominio no atenta contra toda pretensión democrática? Cuando en 1964 Marshall McLuhan dijo que “el medio es el mensaje”, hablaba de esto. El medio le impone su carácter al mensaje, y no al revés. En este sentido, la estructura de los mass media altera el propósito de cualquier mensaje, aun del más antagónico, y lo convierte en una reafirmación del status quo. Albergar una expectativa diferente, es una ilusión. Dicho de un modo más figurativo: suponer que los mass media pueden facilitar un discurso contrahegemónico es como suponer que una producción de Hollywood con mensaje anticapitalista puede debilitar a los EE.UU.
Esto explica en buena medida el fracaso de muchas acciones comunicativas de corte contra-hegemónico. Como las que llevó adelante el kirchnerismo, incluidas las estigmatizadas “cadenas nacionales”. Pero también exhorta a considerar la buena performance de la comunicación interactiva como herramienta de acción política. Porque si algo puso de manifiesto la tecnosociabilidad, fue la construcción de canales de comunicación alternativos y las dificultades que la cultura hegemónica tiene para administrar la interacción no mediada. Lo cual no significa que los mass media hayan perdido vigencia o efectividad. Pero conforme avanza el siglo XXI, van perdiendo capacidad de sujeción y, consecuentemente, funcionalidad. Y esto las corporaciones mediáticas, lo saben.
De acuerdo con este breve desarrollo, tanto el capitalismo como el campo popular necesitan actualizar su modelo comunicacional. Y frente a esta necesidad de sincronizar sus acciones comunicativas con la sociedad conexionista, ambas partes presentan ventajas y desafíos diferentes.
El capitalismo, con su proverbial reflejo, desde hace una década viene adaptando su cultura interna a la cultura interactiva, fundamentalmente –y no por casualidad– a la dinámica de los jóvenes. Se trata de una poderosa sinergia entre los nuevos procesos productivos y el conductismo de las interfaces dominantes (Facebook, Apple, Google, Microsoft). Esto acentúa el dominio del capital y cohesiona el sistema-mundo bajo la lógica informacional por fuera de los estados nacionales, que siguen sin poder regular el accionar de las corporaciones transnacionales y el capital financiero. Sin embargo, este predominio no logra traducirse en un modelo comunicacional que le permita proyectar su hegemonía en la cultura interactiva. Lo máximo que ha conseguido –y en esto incluyo a sus expresiones partidarias– es replicar la lógica de los mass media en un acotado e inestable número de redes sociales, con un rédito relativo a la menguante vigencia de la comunicación unipolar. Lo cual revela la ajenidad –por el momento irreductible– que el capital mantiene con la lógica interactiva, diametralmente opuesta a la lógica emisor-receptor que organizaba a la comunicación del siglo XX.
Por su parte, el campo popular cuenta con una ventaja que trasciende a las redes sociales, e incluso a la renombrada “autocomunicación de masas”. Me refiero a un saber que se viene desarrollando por fuera de las estructuras institucionales, que tiene una aplicabilidad cada vez mayor, y una innegable proyección política. En la práctica, esta capacidad de intervención social, por su relación simbiótica con las tecnologías interactivas, opera sobre un modelo comunicacional alternativo. Un ejemplo de su impacto social y político fue la movida #NiUnaMenos, con movilizaciones multitudinarias, logros legislativos, y permanencia en la agenda pública. Pero a pesar de la asimilación cada vez mayor de esta gimnasia social, el campo popular no consigue instituirla en una estructura comunicativa que dialogue con las demandas reconstitutivas del sistema democrático.
En esta disputa por un nuevo orden social, porque de eso se trata, el primero de los actores que logre delinear la nueva estructura comunicativa estará definiendo el carácter de los mensajes dominantes. Es decir, estará definiendo la trama de significaciones que le darán sustento colectivo (político) o especulativo (mercado) al mundo de la vida. Y por lo tanto a un diagrama de poder que, en función de esto, tendrá mayor o menor base democrática. Seremos nosotros los que definan e instituyan ese modelo comunicacional, en la medida que exploremos, apliquemos, promovamos, y ampliemos el nuevo decir. Lo cual, por su carácter dinámico e interactivo, nos demanda –indispensable– el desarrollo de una escucha diferente, especialmente hacia los más jóvenes.
* Docente e Investigador de la Universidad Nacional de San Martín.
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miércoles, 16 de marzo de 2016

Revista Ciencias Sociales #90 - Tapa

Revista Ciencias Sociales #90

Estimadas/os:
La Secretaría de Proyección Institucional presenta el número 90 de la Revista Ciencias Sociales.
A 40 años del golpe, el nuevo número de la Revista Ciencias Sociales se pregunta por la herencia de la dictadura cívico-militar. ¿Qué transformaciones de aquel entonces nos condicionan? ¿Qué continuidades y rupturas podemos trazar? El contexto político actual impone como desafío seguir manteniendo las banderas de Memoria, Verdad y Justicia sin retrocesos respecto de lo conseguido.
Los artículos de docentes e investigadores se detienen en la complicidad civil, el papel que jugaron las organizaciones sindicales y las reformas económicas que permitieron el desarrollo de un país y el plan sistemático de terrorismo de Estado.
Esperamos contribuir una vez más al ejercicio de la memoria. Hoy más que nunca.
Asimismo,  invitamos a todos al Acto de Conmemoración del 40 aniversario de la última dictadura cívico-militar en el que se realizará un reconocimiento a los Organismos históricos de Derechos Humanos, se entregarán los legajos de desaparecidos de la Carrera de Trabajo Social a sus familiares y se inaugurará un foto mural de los desaparecidos de nuestra Facultad.
El acto tendrá lugar en el Auditorio Roberto Carri de la sede Santiago del Estero 1029, el 21 de marzo, a las 18.30.
Saludos cordiales,
Secretaría de Proyección Institucional
Facultad de Ciencias Sociales (UBA)
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lunes, 14 de marzo de 2016

Dos maestras argentinas seleccionadas entre las mejores docentes del mundo

Dubai en clave de tiza y pizarra

Dos maestras argentinas fueron seleccionadas entre las mejores del mundo por un premio que se realiza en Dubai, el Global Teacher Prize. Una de ellas es maestra informática rural, en Las Flores, y la otra, docente en el Hospital de Niños Gutiérrez.

Por María Julia Mastromarino
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Inés Bulacio y Graciana Goicoechandia reconocidas en Dubai.
Desde Dubai, Emiratos Arabes Unidos
Frente a las aguas del Golfo Pérsico y en un marco de lujo asiático, una multitud aplaude de manera sostenida. Ahí, en el selecto grupo de docentes reconocidos y alabados por miles de educadores, dirigentes, académicos y líderes empresarios, hay dos maestras argentinas a las que les tiemblan las piernas. Inés Bulacio y Graciana Goicoechandia se arriman, se dan las manos, se emocionan. Con ese homenaje “a quienes hacen una labor extraordinaria en el aula”, arranca el evento en el Hotel Atlantis de Dubai, que cerraría con la entrega del premio de un millón de dólares al mejor maestro del mundo. El anuncio llegó a través de un mensaje grabado por el papa Francisco: el Global Teacher Prize 2016 sería para la finalista palestina, Hanan Al Hroub (ver aparte).
“A veces en la vida a uno le cuestan mucho las cosas. Y se vinieron a la mente mis alumnos, sus familias, mis colegas”, dice a Página/12 Inés, maestra de la escuela del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. “Se me caían las lágrimas porque no podía creer que tenía este tipo de reconocimiento”.
“En ese momento uno piensa en su pueblo, ¿viste? En el granito de arena que ponemos”, agrega Graciana, analista de sistemas y maestra desde hace 30 años en Las Flores, a unos 200 kilómetros de Buenos Aires.
Graciana e Inés integran la lista de los cincuenta mejores maestros del mundo entre los 8 mil docentes postulados en 2015, procedentes de 148 países. En febrero de este año, un jurado internacional redujo la selección a 10 y, para las argentinas, hubo algo de desilusión aunque siguieron sintiéndose honradas. Quedaron como finalistas maestros de Afganistán, Japón, Australia, Palestina, India, Estados Unidos, Gran Bretaña, Kenya y Finlandia. La Fundación Varkey, una entidad internacional sin fines de lucro organizadora de este evento, ultimó todo para esta segunda edición de la entrega del galardón mayor, al estilo de los Premios Oscar, con el sello de la extravagancia de esta ciudad de ensueño de los Emiratos Arabes.
Las maestras argentinas llegaron invitadas por el Ministerio de Educación nacional. El aplauso de la multitud en la apertura del Congreso de Educación y Habilidades (GESF) 2016 las tomó por sorpresa. Ellas ya habían experimentado cómo “se te estruja el corazón” unos meses atrás, en un encuentro pedagógico en Tandil, cuando otros maestros las aplaudieron de pie porque se sintieron representados por estas dos argentinas preseleccionadas.
Desde que llegaron al GESF, ambas asisten a capacitaciones y debates en los que son agasajadas “como estrellas de rock”. No entienden cómo la directora de la Unesco, Irina Bokova, o maestros de India, Canadá o Polonia les hacen preguntas sobre sus proyectos educativos. Se asombran del interés por su trabajo. Ahora se mantienen expectantes, a pasos del imponente escenario. Muy cerca de personalidades como el vicepresidente de los Emiratos, Mohamed Bin Rashid Al Matkun, el primer ministro británico, Tony Blair y la actriz Salma Hayek.
Hay música y suspenso en el majestuoso escenario y reflectores que van apuntando hacia... una maestra. Lo confirma el Papa en su mensaje. “Felicito a la maestra Hanna al Hroub por ganar este prestigioso premio debido a la importancia que le dio al juego en la educación del niño”.
El Papa también destacó la iniciativa de “alentar las valiosas contribuciones que los maestros de todo el mundo hacen a diario para establecer una sociedad global, sustentable y colaborar junto a Scholas (Ocurrentes) en el cambio educativo”.
Y abogó para que los maestros recuperen “la merecida posición como la profesión más respetada de la sociedad”.
La capacidad de estimular y confiar en sus alumnos o la empatía son algunas de las habilidades ponderadas tanto en el ganador como en los demás docentes presentados como líderes de cambio. Competencias que influyeron también en el criterio aplicado para el proceso de selección de maestros que comenzó en octubre pasado, cuando se supo que, entre los 50 elegidos había dos argentinas.

Las dos argentinas

Desde que la noticia llegó a Las Flores, la gente felicita y hace gestos de aprobación a Graciana por la calle. Ella le enseñó a usar la computadora a tres cuartas partes de su pueblo, fueran chicos, vecinos o abuelos de sus alumnos. Hace ya 20 años impulsó a sus alumnos de la escuela Dante Alighieri a participar de un concurso para hacer una página web por el que obtuvieron el primer premio nacional aunque no tenían computadora ni teléfono. Después hubo diez olimpiadas más, y más premios. Siempre sobre innovación tecnológica. Esos chicos son los que ahora le escriben por Twitter que sienten “orgullo” de haber sido sus alumnos o le desean “toda la suerte en Dubai”.
Devoluciones como esas también movilizan a Inés. Todavía recuerda asombrada el día en que la mamá de “Fernandito”, un paciente oncológico que tuvo como alumno, llegó a buscarla al Hospital Gutiérrez. El ya no está. Pero algo le sucedió a esa madre al enterarse de que una entidad internacional había distinguido a la maestra de su hijo. Se tomó un micro desde Salta solo para acercarse a agradecerle y a abrazarla. Y ahí sí, Inés, que le pone sonrisas a todas las adversidades, lloró con ella.
En la escuela del Gutiérrez, ella es maestra de grado y le da clases a chicos que, por distintos problemas de salud, no pueden asistir a otra escuela. Enseña a pie de cama, en el hotel o casas donde se hospedan los chicos. O en un espacio reducido que tiene el hospital para que ella y las otras maestras trabajen. Junto a sus compañeras, creó distintos proyectos de radio y hace videos en los que participan sus alumnos y sus familias.
Cuando se conocieron, Inés y Graciana se abrazaron emocionadas. Después, se hicieron amigas y se contactaron con los otros cinco maestros nominados de América Latina, con los que hicieron fuerza por todos. “Si no ganábamos nosotras. Por lo menos queríamos que ganara alguno de ellos”, cuenta Graciana. Pero, eso finalmente no sucedió. Este año, la buena noticia fue que aumentó la representación de esta región. Para el premio 2016 hubo 67 argentinas nominadas, el triple que en la primera edición. Brasil, por ejemplo llegó ahora a las 44.
La distancia con los Emiratos y el escaso conocimiento acerca del premio aún pesan. El propio CEO de la Fundación, Vikas Pota, viajó en septiembre pasado a la Argentina para invitar personalmente a maestros de este país a postularse o nominar a otros docentes para el Global Teacher Prize. Por esos meses fue cuando nació la idea de replicar esta iniciativa de valorizar a los maestros que hayan hecho una contribución extraordinaria a su profesión (ver aparte).
Todos los docentes nominados, según coinciden las postuladas por Argentina, se ven igualados por la pasión para enseñar. “Hay casos, como los de maestros de Finlandia, con alumnos que tienen recursos, tecnología, alimento y padres con trabajo; y docentes que están enseñando sin recursos, en campos de refugiados, maestros de niñas discriminadas. Tenemos que tomar conciencia de la igualdad de derechos”, reflexiona Inés.
Cada una siente que tiene la oportunidad de representar a muchos otros maestros.
“Mi voz –imagina Graciana– es la de los maestros de Las Flores, las de las maestras rurales. La que se queda con el auto hasta que viene el papá del alumno con el tractor para sacarlo y llegar a la escuela. Y represento sobre todo a las maestras jubiladas. Ellas me mandan muchas muestras de cariño. No dejan de ser maestras. Sienten ese espíritu vivo.”
Ambas creen que la valorización docente debe estar acompañada por las familias y el Estado para “trabajar bien y estar contenido por alguien superior”.
Un aspecto fundamental para mantener la chispa que se enciende cada día en el aula.
“Yo siempre digo que cuando un maestro va al contacto con un chico se despierta un espíritu de unión que únicamente un docente y un alumno saben que pueden lograr. Los chicos hospitalarios aprenden y se sienten útiles. Te mandan mensajes, te proponen música para la radio o le piden a sus mamás que los despierte ‘cuando llegue la seño’. Siguen conectados con vos.”
Mucho se habla en el Congreso de la soledad del docente. Maestros que se sienten aislados, incomprendidos. “Nos pasa a todos en algunos aspectos pero es increíble lo que sucede cuando empiezan a caer los chicos o cuando entrás a un aula llena –se entusiasma Graciana–. Es mágico. Sé que esos chicos van generar algo. Y que voy a admirar sus logros.”
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“La calidad de la educación en un enfoque competencial”

Bienvenido sea el controvertido término de las  “competencias básicas” , entendidas como capacidades holísticas e integrales, como conjuntos...