jueves, 16 de julio de 2015

Violencia Familiar y Docentes II

Fuerte respaldo a las maestras separadas del jardín del nene asesinado

Un día de solidaridad docente

Fue total el paro de los cuatro gremios docentes porteños contra la decisión oficial de separar a la directora y a la maestra del chico de cinco años muerto a golpes por su padrastro. También hubo un acto masivo en Flores. Repudios al Ministerio de Educación.

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Más de cinco mil docentes apoyaron a sus colegas del jardín de Flores y criticaron a Bullrich.
“Los docentes porteños respaldaron a la maestra y a la directora del Jardín de Infantes Nº 2 de Flores, apartadas por el Ministerio de Educación porteño de sus cargos tras la muerte de un nene de cinco años asesinado por su padrastro, con un paro con “acatamiento total”, según informaron los gremios, y un multitudinario acto en el que repudiaron la decisión del titular de la cartera educativa local, Esteban Bullrich.
Con banderas y carteles con la consigna “Si tocan a uno tocan a todos”, más de cinco mil personas pidieron justicia por Agustín, el nene de cinco años asesinado por su padrastro, y dieron su contundente apoyo a las docentes del jardín afectadas por una medida que consideraron “arbitraria, injusta e irresponsable” por parte de la cartera educativa porteña.
“Ojalá que el ‘señor’ ministro de Educación vea este apoyo que recibimos hoy y me devuelva los 50 chicos que tengo en los dos cargos. El Ministerio (de Educación) al tomar conocimiento de la muerte de Agustín no se acercó a ofrecer ningún tipo de ayuda, sólo dispuso separarnos a la directora y a mí, responsabilizándonos a nosotras por lo que ocurrió”, afirmó la maestra desplazada Alejandra Bellini, visiblemente emocionada.
Antes había tomado la palabra la directora, Elsa Vincova, quien fue aplaudida por la masiva concurrencia que ocupó más de dos cuadras de la avenida Avellaneda, del barrio porteño de Flores, donde se dieron cita miles de padres de alumnos y maestros de distintos distritos escolares de la ciudad. “Estoy de pie por ustedes, por el equipo docente del jardín 2, de quienes estoy orgullosa, y por mi trayectoria de 33 años de docencia”, sostuvo la directora con lágrimas en los ojos.
Durante la movilización, los docentes pidieron justicia por Agustín, que se había presentado con lesiones en el jardín de infantes, y por esa razón la maestra había pedido a la madre explicaciones. “Traté siempre con la mamá de Agustín como lo hago con cualquier otra madre. No sospeché nada porque la mamá justificó las lesiones que mostró con un certificado del odontopediatra. Era un nene normal, entró días después de iniciadas las clases, faltó ocho o nueve veces en marzo y abril, y en mayo sólo vino seis días”, explicó la docente.
Agustín murió el 9 de junio último y por ese hecho está imputado su padrastro, mientras que la Justicia también procesó a la madre por “omisión de denuncia”.
Estuvieron presentes en el acto los tíos del niño, quienes publicaron en las redes sociales sus impresiones de la situación que envolvió la muerte del nene; también estuvo Esteban Mur, el papá de Rolando y Rodrigo, los dos nenes que murieron durante un incendio en un taller textil del mismo barrio del jardín.
Eduardo López, secretario de UTE-Ctera, dijo que “el Gobierno de la Ciudad ni siquiera convocó a los funcionarios para que dieran explicaciones acerca de por qué no puso legalidad a ese taller que estaba precarizado”. Mirando a Mur, el dirigente dijo: “Vamos a seguir peleando por justicia para Agustín, pero también para Rolando y Rodrigo y para todos los chicos y chicas víctimas de las violencias laborales, intrafamiliares, sociales e institucionales”. “Hay una historia de amor recíproca entre la comunidad educativa y los docentes que no sale en TV, y más allá de los periodistas pagos y de los legisladores del PRO, va a seguir existiendo porque esa historia de amor se escribe todos los días en las aulas de las escuelas públicas.”
El acto demostró un contundente repudio a la resolución de apartar del cargo a Bellini y Vincova y celebró que por primera vez en mucho tiempo estaban todos los sectores unidos para decir “basta a la arbitrariedad y a la hipocresía de un sistema que hace agua por todos lados”, según afirmó la referente del gremio Camyp, Karina Costaguta. “Queremos recuperar la centralidad pedagógica, trabajar con alegría y sin miedo”, demandó la docente, quien señaló que para lograr ese deseo “el Ministerio de Educación porteño tiene que nombrar un gabinete en cada escuela –no cuatro profesionales por distrito–, designar maestras celadoras y desdoblar las supervisiones”.
El aplauso que sobrevino después de cada intervención le dio al acto una carga emotiva que fue creciendo a medida que pasaban los minutos, y al finalizar la concentración se entonó el Himno Nacional con despliegue de las banderas argentinas.
Georgina Giacobbe, madre de la sala donde cursaba Agustín, pidió que “los funcionarios se responsabilicen de nombrar el personal necesario para que las escuelas puedan funcionar. Si quieren que las maestras hagan actas pongan profesionales en los gabinetes porque los que están no dan abasto. Basta de hipocresía”, añadió. “Sea quien sea que esté al frente de la Ciudad se va a tener que ocupar de verdad de la educación pública”, añadió.
Jorge Adaro, de Ademys, le reclamó al gobierno porteño: “Basta de someternos a decisiones arbitrarias de quienes nunca estuvieron en una escuela pública”.
El paro convocado en defensa de las maestras tuvo un acatamiento “total”, coincidieron los gremios UTE, Ademys, Sedeba y Camyp.
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martes, 14 de julio de 2015

Violencia familiar y docentes

Paro por la reincorporación de dos docentes

Los maestros reclaman

La UTE de docentes porteños dispuso un paro mañana. Piden la restitución de la directora y una maestra de la Escuela 8, uno de cuyos chicos murió por los golpes recibidos en su casa.

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De Negris (izq.) junto a padres y docentes en el abrazo.
La Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) ratificó que el próximo miércoles se realizará un paro de actividades en todos los niveles en las escuelas de la ciudad de Buenos Aires, para repudiar el desplazamiento del cargo de la directora y de una maestra de la Escuela 8 del Distrito Escolar 12 de Flores, donde iba el nene de cinco años que murió un mes atrás por una brutal golpiza de su padrastro. Además, se realizará un acto en la puerta de este establecimiento –donde ayer se realizó un abrazo–, y en el que padres y docentes reclamarán “mejores condiciones para el tratamiento de estos casos”.
“Desde la UTE convocamos a esta medida y hemos recibido el respaldo de otros sindicatos”, explicó Mariano De Negris, secretario de Comunicación de UTE. El cese de actividades es para “repudiar el apartamiento del cargo de la directora, Elsa, y una maestra, Alejandra, del Jardín de Infantes Número 2 del distrito 12”, amplió De Negris.
Con el desplazamiento, el gobierno porteño buscó responder a la muerte de Agustín Marrero, un niño que acudía a sala de cinco de este jardín y que falleció el 9 de junio tras recibir una feroz golpiza que, entre otras lesiones, le causó “desgarro hepático, hemoperitoneo, hemorragia perirrenal y hematoma subdural”, según señaló el informe forense.
Por el crimen se encuentra acusado el padrastro del nene, Leandro Sarli, y entre las pruebas está la declaración de la hermana del nene, de siete años, mediante el sistema de Cámara Gesell.
El vocero de UTE informó que durante el día de hoy se replicarán las actividades que se realizaron ayer en todas las escuelas como abrazos y charlas en las que la comunidad educativa se organizó para detallar los motivos de la medida y exigir al Gobierno de la Ciudad que “desarrolle políticas públicas que protejan a los niños, niñas y adolescentes”.
Tras una serie de rumores que habían comenzado la semana anterior, el viernes pasado tres funcionarios porteños llevaron a la escuela, ubicada en Avellaneda 2555, el acta en la que informaban que se apartaba del cargo a una maestra y a la directora del jardín para iniciar un sumario, porque según el ministerio estaban al tanto de que el chico era golpeado y no alertaron sobre la situación. Desde el ministerio, alegaron que no habían cumplido con el protocolo para estos casos. “En realidad, hay disposiciones y mecanismos establecidos para cada nivel educativo sobre cómo actuar con los casos de violencia, pero no existe un protocolo”, explicó a Página/12 Matías Segreti, padre de una de las estudiantes del colegio que respaldan a las docentes.
Según trascendió, las maestras habían detectado que el nene presentaba lesiones, pero confiaron en la palabra de la madre, quien dijo que el chico se lastimaba jugando. Tras el pedido explícito de las educadoras, la madre de Agustín llevó certificados médicos firmados por un pediatra para corroborar que los golpes del nene eran producto de accidentes domésticos.
“En el caso de nivel inicial el procedimiento es realizar una denuncia, pero para ello hay que corroborar la existencia de la situación de abuso”, alegó Segreti y expresó que “no puede responsabilizarse a dos trabajadoras por las fallas que tiene el sistema”.
“No puede apartarse a las docentes, es lógico que exista una investigación, pero no que se las desplace de la actividad como si fueran una amenaza para la comunidad”, amplió Segreti.
“Lo que dice el Gobierno de la Ciudad es que tiene que iniciar un sumario para investigar las actuaciones previas de la docente del aula y de la directora”, detalló De Negris. “Nosotros no estamos en contra de esta investigación, pero no hay motivos para separar del cargo a las docentes. Lo que vemos es que hay una revictimización de la comunidad educativa que ya vivió hace un mes una situación dolorosa y traumática y ahora se queda sin una docente y sin conducción”, agregó.
“Como padres queremos responder al jefe de Gobierno porteño que salió en un diario a decir que el paro de los sindicatos responde a una actitud oportunista y de campaña. Queremos decirle que la UTE levantó un reclamo de toda la comunidad educativa que está siendo golpeada nuevamente, porque no sólo perdió a un nene, sino que además ahora se queda sin maestras”, expresaron los padres de la Escuela 8 en un comunicado.
Georgina Giaccone, integrante del colectivo de padres y docentes, contó que “desde un primer momento tanto la directora como la docente llevaron todos los papeles a la Justicia, están dispuestas a colaborar con la causa, y es más, si nos llaman a declarar a los padres, vamos a ir”.
“No sólo queremos que se restituyan en sus cargos a Elsa y Alejandra –amplió Matías Segreti–. También es necesario que existan políticas públicas que funcionen y garanticen los derechos de los niños. Estos casos no pueden depender de un solo docente, deben recibir un tratamiento más profundo porque, si bien un maestro puede dar cuenta de que existe una situación de abuso, hay muchos chicos a los que estar atentos y muchas fallas en el sistema para ayudarlos”, concluyó.
Informe: María Fernanda Rezzano.
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viernes, 3 de julio de 2015

Violencia y currículum

CON 12 AÑOS, EMPEZARON UN PROYECTO PARA HABLAR CON COMPAÑEROS Y LA COMUNIDAD SOBRE VIOLENCIA

Llenar el silencio de palabras propias

A partir de la movilización social del 3 de junio, una escuela de La Matanza comenzó un proyecto propio sobre violencia machista, por inquietud de los alumnos. A un mes de Ni Una Menos, una muestra de lo que empezó a crecer y está pasando.

Por Soledad Vallejos
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La clase de Construcción de Ciudadanía, en la escuela Gregorio de Laferrère, de La Matanza.
Rondan los 12 años. Hace un mes, desde sus casas, en Laferrère, veían por televisión lo que pasaba en el centro de la Capital y en otras ciudades y pueblos del país. ¿Qué sintieron? ¿Sirvió? ¿Para qué? Eso les pregunta su docente un mediodía de sol apenas tibio, cuando faltan pocas horas para que se cumpla un mes desde que concentraciones multitudinarias en todo el país hicieran propio el reclamo de actuar contra la violencia hacia las mujeres.
–Sentimos algo muy feo por las otras personas. El sufrimiento de las madres es feo –dice desde el fondo del aula una chica de pelo largo, buzo verde, chaleco.
–Yo creo que al estar ahí las mujeres se sentían fuertes, con más seguridad, porque vieron que no eran seis gatos locos. ¿No? –dice otro de los chicos, desde primera fila.
–¡Vieron que había más mujeres con el mismo problema! –detalla una rubiecita que no se distrajo ni un minuto desde que empezó la hora.
–Bueno, pero no había sólo mujeres. También había muchos hombres –repone el mismo chico de antes.
El barullo crece, pero no por aburrimiento. En la Escuela Secundaria Básica Nº41 de La Matanza Gregorio de Laferrère, la clase de Construcción de Ciudadanía es todo menos apática. Lo dice y lo sabe la mujer de anteojos que ahora mismo trata de encauzar ese mar de voces y energía hacia algo como lo que dijeron, ellos mismos, que querían: trabajar en su escuela, en su barrio, en su comunidad, sobre violencia contra las mujeres. “Todo empezó con Ni Una Menos y el 3 de junio”, dice esa mujer, Gabriela Carrillo, la docente que percibió la inquietud, se propuso acompañarla y diseñó un proyecto ad hoc que las autoridades de la escuela apoyan, acostumbradas como están a que el suyo es un establecimiento de puertas abiertas y lazos fuertes con la comunidad.

De este lado

La escuela queda “de este lado de la vía”, dice la inspectora Elizabeth Banegas, que puede mapear el distrito de La Matanza a lo largo de los años, porque lleva treinta trabajando aquí. De este lado de la vía, al sur de la estación Laferrère, del Belgrano Sur, queda más cerca el río Matanza. Por acá, el año pasado, ocho veces el cauce desbordó y empujó a las familias fuera de sus casas; ocho veces la escuela sirvió como centro de evacuados de barrios como Don Juan o el Juan Domingo Perón, al que en realidad –por la forma de hoya– todos conocen como La Palangana. Algunos de los chicos que llegaron en esas ocasiones, a la espera de que el agua bajara, son alumnos. “Esta escuela es céntrica pero solidaria. Y eso es fuerte para los pibes. Usan sus aulas, por ejemplo, aquellos que vienen acá pero no dicen que viven en zona de inundación”, dice Banegas. Superada la inundación, salvada del agua la casa, aunque no las cosas que había dentro, la vida sigue. “Y hay que pensar en el día después de la evacuación: ese chico perdió hasta el cuaderno. ¿Cómo lo sostenés?”
“Sostener” es un concepto clave aquí. Por eso la directora, Patricia Gergel, se enorgullece de que al menos la mitad de los 410 alumnos del lugar participa los sábados de “Patios abiertos”, un programa del Ministerio de Educación provincial que ofrece talleres y actividades para que los alumnos y familias fortalezcan sus lazos con la escuela. “La escuela no es un club, pero es el mejor lugar en el que pueden estar”, explica Gergel. Por ese contacto constante, todo el tiempo los docentes y las autoridades aprenden, dice el vicedirector, Luis Lugo, porque en la zona suelen radicarse comunidades de migrantes que, a veces, en detalles pequeños –y no tanto– resisten la integración. La escena se repite, habitualmente, cuando una familia recién llegada de Bolivia y apegada a lo tradicional se acerca a la escuela para anotar a su hijo: “La mamá llega con su esposo, pero sólo él es el portador de la palabra. Ella no puede hablar”.
De esos mundos llegan los chicos a estas aulas, que aquí todos nombran solamente como “salones”.
Hace unas semanas, la docente Carrizo estaba en su salón. Comenzaba otra clase, luego de un trimestre hablando de derechos, obligaciones, leyes, igualdad y desigualdad ante el Estado. Los chicos le preguntaron qué tal había estado su semana. Ella contó: venía de dar clase en otra escuela, una técnica de la zona, a la que concurren solamente varones, y los alumnos estaban muy movilizados por lo que generaba Ni Una Menos. Fueron las palabras clave.
–Dijeron “sí, vimos ese tema, sabemos qué pasó”. Un chico contó que en su casa había violencia entre su madre y su padre, dijo que era normal, y se rió. Otro le preguntó si le parecía gracioso, él respondió que no. El compañero le dijo “a vos, como hijo, ¿no te duele?”. El chico que había contado dijo que sí. Y el clima cambió. Los demás de inmediato quedaron en silencio, escuchando. Una de las chicas también habló. Los vi tan movilizados que les dije “¿quieren pasar a la acción?”, y enseguida dijeron que sí. Les gusta trabajar la información para hacer algo visual, entonces muchos dijeron rápido de hacer carteles. Y otros siguieron con otras cosas: “¿por qué no hacemos una marcha?”, “¡una clase con otros cursos!”, “¿por qué no vamos directamente a repartir folletos a la estación de tren?”.

Terremotos en guardapolvo

“Fue un torbellino”, advierte la docente. “Pero también se empezaron a escuchar entre ellos cuando contaban. Una guía el debate, pero son ellos los que van proponiendo y haciendo y diciendo qué quieren, qué les interesa.” En una clase, porque el grupo iba llevando la conversación hacia la pequeña y gran pregunta sobre qué pasa alrededor, Carrillo sugirió que podrían trabajar en encuestas. A la semana siguiente, todos llegaron con encuestas ya hechas: hablaron con sus amigos, con sus familias, con vecinos. “Uno contó que la madre no sabía qué era la violencia de género. Entonces investigó más para contarle.” Hicieron láminas, las distribuyeron por las paredes de la escuela.
A unos pasos de la puerta está el patio, donde algunas nenas comen un sandwich; el otro lado de las ventanas, algo velada por vidrios opacos, la calle. Aquí, las chicas y los chicos de 1º 2ª demuestran que si algo no les falta es timidez. El proyecto del curso se llama “No más silencio”, porque lo que quieren es demostrar la fuerza de la palabra individual y colectiva: en un rato alguno dirá que hablar mata miedos.
Casandra, la rubiecita atentísima a la clase, lee una entrevista que hizo a “una amiga de Facebook”.
–“¿Sufriste violencia de género?”, “sí, en casa. Mi papá me pegaba y yo lloraba. Con el cinto me pegaba”. “¿Cómo te sentiste aplicando violencia de género o como víctima?” “Me sentí muy mal, porque en mi cuerpo quedaron marcas, y las veo y me pone triste.”
–¿Qué les generó la entrevista? –pregunta la docente.
–Dolor –responde Casandra.
–¿Es fácil romper el silencio? –pregunta Carrillo.
–¡No! –responden todos, por una vez, increíble, al unísono.
–Profe, mi mamá caga a palos a mi papá, porque él nos pega.
–¿Y cómo te sentís con eso? –inquiere la docente.
–Bien. A él le duele lo mismo que nos pega a nosotros –dice el chico alto, altísimo e inhibido, que no volverá a hablar en toda la clase.
–Golpeando no arreglás nada –acota una nena sentada en uno de los primeros bancos.
Otros chicos cuentan que, en estos días, los adultos a quienes reprocharon violencia machista respondieron malamente: “Mirá que me vas a enseñar vos a mí”, “tengo 40 años vividos, vos 12, qué me venís a decir”. La docente hace una pregunta clave: “¿Ven violencia de género en el barrio?” El sí es atronador.
–En todos lados. A una amiga de mi hermana la viola el padrastro; me lo contó mi hermana llorando. Ella está muy mal. La mamá falleció, ella quedó con el padrastro porque el papá no quiere hacerse cargo de ella.
Silencio en el salón. Carrillo pregunta si esa chica tiene muchas alternativas.
–No –responden casi todos.
–¿Ustedes pueden ayudar? ¿Acompañar y ayudar?
–Sí.
svallejos@pagina12.com.ar
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miércoles, 1 de julio de 2015

Estudiantes secundarios de la CABA

Corte total en Avenida de Mayo y 9 de Julio de los secundarios porteños

De las escuelas a la calle

Durante cuatro horas, los estudiantes pararon el tránsito en el centro porteño en reclamo de mejoras edilicias en los colegios y participación en la reforma curricular que lleva adelante el Gobierno de la Ciudad. Evalúan levantar las tomas por las elecciones.

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Los alumnos recibieron apoyo de docentes y padres, que los acompañaron en el corte.
Estudiantes de más de 20 colegios porteños cortaron el tránsito sobre la Avenida de Mayo y 9 de Julio durante cuatro horas, en el marco del conflicto que mantienen desde hace casi un mes con el gobierno porteño, por el cual permanecen tomadas 14 escuelas en reclamo de mejoras edilicias y cambios en los programas curriculares.
Los jóvenes debatieron en una asamblea que efectuaron en la calle la suspensión de las tomas para intentar abrir un canal de diálogo y para favorecer la realización de las elecciones previstas para el domingo próximo en la ciudad de Buenos Aires. Pero no adoptaron ninguna resolución y hoy volverán a juntarse en cada escuela para continuar la discusión, por lo que “a la noche tendremos una decisión al respecto”, dijo Cristofer Loyola, estudiante de la escuela Julio Cortázar.
Los estudiantes se desplegaron entre las 14 y las 18 en la esquina de Avenida de Mayo y 9 de julio y cortaron totalmente el tránsito, tanto en los carriles centrales como en los laterales, lo que produjo un gran embotellamiento en todo el centro porteño. Participaron de la protesta cientos de estudiantes de diversas escuelas secundarias que mantienen tomas y otras que no están en esa posición pero adhieren al reclamo, junto a padres y docentes.
Malena Rinesi, estudiante del Colegio Mariano Acosta, dijo que con esta acción “buscamos que la gente pueda ver el reclamo que estamos haciendo, respecto de nuestra resistencia a la reforma curricular que esta aplicando el macrismo”. “La idea era definir cuándo se levantaban momentáneamente las tomas; si el día de mañana o el viernes, ya que los establecimientos públicos tienen que estar libres para las elecciones”, expresó. Y agregó: “Los principales reclamos que incluyen a todos los colegios son la participación de la comunidad educativa en la reforma curricular en el ciclo orientado, por un lado, y también, las mejoras edilicias integrales en todos los colegios públicos”.
Por su parte, Carla Contreras, de la escuela de Danzas N°1 de Liniers, expresó que la reforma curricular tal como está planteada “nos recorta la carrera artística y se nos superponen los turnos. También pedimos que nuestro título sea a nivel nacional, porque por ahora solo nos vale en Capital”.
Paula Dorrego, del colegio Julio Cortázar, indicó que el reclamo es por una “educación de calidad para todos, ya que hace ocho años que viene bajando el presupuesto para educación y los techos de los colegios se viene cayendo a pedazos, literalmente”.
Marcela Domingo, madre de una alumna de la Escuela Aída Mastrazzi, destacó que los chicos “hace muchos años que no tienen respuestas a sus demandas, nos llevan de un lado al otro con promesas incumplidas, entonces necesitamos que se cumplan los compromisos, por el bien de nuestros hijos”.
Por parte de los docentes, que se encontraban en el corte, Gabriel Lubo, secretario adjunto de Ademys, indicó que “los nuevos lineamientos curriculares y la oferta curricular, elimina alrededor de 140 titulaciones diferentes y las reduce a 13 bachilleratos, por lo tanto empobrece la oferta educativa y se produce una reducción de contenidos, de materias y de orientaciones”.
Las tomas fueron decididas por estudiantes agrupados en la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB) y se iniciaron el 29 de mayo pasado con la ocupación del colegio Lola Mora a los que le siguieron el Lenguas Vivas, Lengüitas, Falcone, Cortázar y Agustín Tosco, entre otros.
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“La calidad de la educación en un enfoque competencial”

Bienvenido sea el controvertido término de las  “competencias básicas” , entendidas como capacidades holísticas e integrales, como conjuntos...